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sábado, 13 de febrero de 2021

El sentido del sufrimiento

 En Genealogía de la moral, Nietzsche afirma que a los seres humanos les produce placer ver sufrir y mucho más placer hacer sufrir y que por ello la moral anterior a la judeocristiana no condenaba la crueldad, al contrario, en la Antigüedad hacer sufrir era lo que le ponía sal a la vida. 

Me parece que tal rasgo nunca ha desaparecido de la naturaleza humana a pesar de la moral judeo-cristiana, prueba de ello son los espectáculos deportivos, especialmente los llamados deportes de contacto, y aun cuando no sean de contacto, las escenas en las que hay lesiones son muy socorridas por los espectadores, tan solo hay que ver el número de visitas que tienen los videos y documentales de tales escenas en Youtube.


Otra afirmación de Nietzsche en ese libro es que en la Antigüedad el sufriemiento era menos dañino, para demostrarlo Don Federico incurre una vez más en racismo al decir que los negros, "representantes actuales del hombre primitivo", son más tolerantes al dolor que los europeos. Esto me hizo recordar uno de los argumentos de los taurinos al defender su afición; ellos afirman que si bien el toro siente dolor, no experimenta sufrimiento. Explican los taurinos que el sufrimiento es una experiencia existencial, que una persona aquejada por algún dolor intenso se rebela ante su suerte y tienen una serie de procesos emocionales a los que se reconoce como sufrimiento, pero que eso no le sucede a los toros. Ignoro si los toros están de acuerdo con ese argumento.


Una afirmación más de Nietzsche es que tanto en la antigüedad como en la era judeo-cristiana, lo realmente reprobable del sufrimiento, no es su existencia, sino que carezca de sentido. En la Antigüedad el sentido se lo daba que se sufriera ante alguien, que el sufrimiento fuera un espectáculo; en cambio en el judeo-cristianismo el sufrimiento lo da la promesa de ser recompensado el sufriente con la salvación.


De allí sigue Nietzsche otra afirmación, que las guerras en la Antigüedad, como la de Troya, en realidad eran festivales para los Dioses, lo que me hizo recordar las Guerras Floridas de los pueblos nahuas.


Otra relación que hizo mi cerebro al leer lo referente al sentido judeo-cristiano del sufrimiento fue el recuerdo de la Madre Teresa de Calcuta. Según se ha sabido por investigaciones periodisticas, el objetivo de esta mística al establecer hospitales no era aliviar el dolor de la gente sino enseñarle a ofrecer su dolor a Dios. Alguna vez escuché que Teresa colectaba dinero en donde estuviera, si estaba viajando por avión, se levantaba de su asiento a mitad del vuelo y recorría los asientos pidiendo, la gente por supuesto le daba, y cuando le daba ella decía "más", y cuando le daban más, insistía; "más, que duela". En esas investigaciones periodísticas se afirma que en los hospitales de Teresa no se administraban analgésicos a los dolientes; Teresa se acercaba a ellos y les decía "ofrecele tu sufrimiento a Jesús", al parecer uno de esos desdichados en su deseperación le gritó en la cara que para qué quería Jesús su dolor. Curiosamente cuando la Madre Teresa cayó enferma no se atendió en ninguno de sus hospitales , sino en algún hospital norteamericano de lujo y cuando le preguntaron que por qué no le ofrecía su dolor a Jesús ella dijo que su dolor no le servía al Señor.    

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