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¿Qué se va a acabar primero?

sábado, 27 de diciembre de 2014

De por qué es mejor votar que respaldar la propuesta de los padres de normalistas a boicotear las elecciones

Política es el arte de gobernar. Gobernar es mandar. Para mandar se necesita tener autoridad. Para tener autoridad se necesita que los gobernados confieran tal autoridad. Conferir autoridad significa que los gobernados ceden al gobernante una parte de su libertad en aras de vivir en paz y en orden.

Los gobernados son el pueblo. En la forma de gobierno a que aspira México y que está plasmada en la Constitución; la democracia, el pueblo acude periódicamente a las urnas a conferir autoridad a los gobernantes.

En México este proceso se enfrenta a una multitud de problemas. Sólo voy a comentar dos de ellos:

En primer lugar nunca, nunca, nunca es el pueblo en su totalidad quien confiere autoridad; siempre, siempre , siempre, es tan solo una parte, esto se debe a que solamente se considera legal que los ciudadanos se expresen en las urnas, esto deja a todos los menores de 18 años (que también son pueblo) fuera del proceso democrático. Otra razón para que no sea la totalidad del pueblo quien confiera autoridad es que muchos de los ciudadanos con derecho a votar, en uso de su libertad, ni quien lo niegue; declinan su derecho a votar.

El mecanismo por el cual los partidos políticos han decidido obtener la autoridad del pueblo es el corporativismo y el clientelismo, de tal manera que cada partido trabaja para allegarse votantes cautivos, generalmente en los sectores menos favorecidos por la educación.

La segunda razón por la que el pueblo en su totalidad no confiere autoridad es que la participación política requiere de un largo y lento aprendizaje mediante la técnica de ensayo y error. En casi todas las naciones con aspiraciones democráticas es posible corregir un error de los votantes en la siguiente elección. Todas las personas que votaron por Peña o por Abarca tendrían en 2015 la oportunidad, en caso de haber aprendido (ya sabes, ensayo y error), de corregir su error de 2012.

Pero si el movimiento por la presentación con vida encabezado por los padres de los normalistas secuestrados está llamando a boicotear las elecciones, la población tal vez pierda la oportunidad de ejercer su aprendizaje y corregir su error.

Ahora, no es fácil acudir a las urnas cuando no hay opciones reales, todos los partidos políticos han fallado, así que con toda razón me dirás. "Bueno, te la compro, votó, pero ¿por quien si todos son los mismo?"

Lo que yo pienso es que, en caso de que, después de una detenida reflexión, no encontremos un candidato a quien conferirle autoridad, de todos modos podemos expresar nuestra voluntad en las urnas, ¿cómo? Pues anulando las boletas; recuerda que los partidos políticos tienen votantes cautivos, si no acudimos a las urnas, esos votantes cautivos serán quienes confieran autoridad. No debemos dejar las boletas en manos de los votantes cautivos, si no encontramos un candidato que merezca nuestro voto, podemos anotar en la boleta un "¡Fuera Peña!" y estaremos expresando nuestra voluntad política y dejaremos constancia pues los votos anulados también se contabilizan.

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