Aspectos negativos del proyecto de Ley de Mercados

Fue en tiempos del Regente Ernesto Uruchurtu que en el Distrito Federal se llevó a cabo un acometedor programa de construcción de mercados públicos, tales obras se establecieron en lugares donde ya había comerciantes en puestos de tablas, hay viejas películas mexicanas donde se pueden ver esos mercaditos improvisados, por ejemplo en El Baisano Jalil de Joaquín Pardavé, se ve lo que era el mercado de La Lagunilla antes de Uruchurtu.

Los mercados públicos han tenido un efecto benéfico en la capital, su objetivo principal de ser centro de abasto a precios bajos lo han cumplido ya por décadas, pero además son centros generadores de empleos directos e indirectos, todo ello a pesar del abandono de los diferentes gobiernos a lo largo de años.

Los comerciantes de los mercados públicos han sostenido con su organización y esfuerzo un servicio público que, según la Constitución, es obligación del Gobierno Federal atender.

Desde el sexenio de Salinas, el Sistema ha querido meterle el diente a los mercados públicos, en cada uno de esos intentos los comerciantes de estos centros de abasto se han opuesto , entre otras cosas por la sustitución del Padrón de Locatarios que señala el actual Reglamento de Mercados por un Régimen de Concesiones los aspectos negativos de esta sustitución están señalados en el pequeño cuadro elaborado por la Coordinadora Democrática de Mercados Públicos, A.C. y que a continuación anoto: