Posiciones ideológicas aparte, la vida humana es lo más valioso que existe y siempre es lamentable el deceso de una persona y más si se trata de una persona joven y en circunstancias trágicas; siempre resulta un drama humano. Pero si se trata de un personaje de la élite en el poder , entonces detrás del drama humano está la política.

Cuando se presenta una crisis, ahora sí que como un rayo en medio de un cielo despejado, el pilar de el Sistema que son los medios de comunicación se comportan en los primeros minutos como campesino perdido en la urbe o como citadino perdido en el campo, no saben para donde jalar , es sólo hasta que se les empieza a tirar linea que ajustan la información a la versión oficial.

Después de que se estrelló el avión de la Secretaría de Gobernación en el que viajaba Mouriño y otros funcionarios los medios empezaron a divulgar que el capitán de la nave se comunicó con la torre de control del aeropuerto capitalino para informar de una situación de emergencia y que 10 segundos después se perdió contacto con la nave. Esta versión ha sido combatida por el Secretario de Comunicaciones mediante grabaciones en tiempo real de la torre de control buscando descartar el sabotaje como causa de la tragedia; otro argumento para este propósito es el hecho de que el avión no estalló en el aire sino que se desplomó como lo muestran los restos localizados en un radio reducido.

Al gobierno de Calderón no le conviene que la causa sea sabotaje porque la credibilidad en su eficacia se iría hasta el subsuelo pues el mensaje sería: si el gobierno no es capaz de darle seguridad ni a los funcionarios de primer nivel ¿qué podemos esperar los ciudadanos comunes?

Un sabotaje a la nave de marras no necesriamente causaría un estallido de ésta, bastaría con dañar el sistema de navegación y el avión se desplomaría sin estallar. Pero al gobierno le urge hacer creíble la versión de accidente y descartar el sabotaje , talvez estemos frente a otra calderonipia.