Mi abuelo y mi padre no golpearon a sus esposas , para ser precisos hay que decir que las masacraron. No es agradable hablar en público de la pus familiar , aunque hay terapeutas que aseguran que puede ser saludable. La violencia intrafamiliar ha campeado en mi familia por generaciones , ya mencioné a mi abuelo que fue padre golpeador y engendró hijos que cuando engendraron también fueron golpeadores y golpeadoras, mi hermana también fue madre golpeadora , es decir la cadena de violencia contra la gente que se dice amar se ha continuado.
Muy temprano en mi vida tomé la decisión de romper esa cadena, como a los doce años me hice el propósito de ser diferente padre y esposo de como lo había sido mi abuelo y mi padre, estoy seguro de haberlo logrado y sí es reconfortante. Además no se puede ir por el mundo enarbolando banderas progresistas y traer a la esposa y a los hijos con el hocicus (en latín es menos tosco) roto.
Estos recuerdos y reflexiones se motivaron por ser hoy 25 de noviembre el Dia internacional contra la violencia hacia lasmujeres y las niñas.