Para que Claudia Sheimbaum entreue la Presidencia faltan

.

sábado, 19 de julio de 2008

तिएंदिता वस súper

Un post de amílcar me ha hecho recordar este párrafo que quiero compartir aquí:
La insignificancia del individuo en nuestros tiempos no atañe solamente a su función como hombre de negocios, empleado o trabajador manual, sino también en su papel de consumidor o cliente. esta última función ha sufrido un cambio drástico en las últimas décadas . El cliente que visitaba un negocio cuyo dueño era un comerciante independiente , se hallaba seguro de ser objeto de un trato personal ; su adquisición representaba algo importante para el propietario; se le recibía como una persona que significaba algo para el comerciante , sus deseos eran materia de estudio; el acto mismo de la compra le proporcionaba cierto sentimiento de importancia y dignidad. ¡Cuán distinta es ahora la relación del cliente con las grandes tiendas ! La vastedad del edificio, la abundancia de las mercaderías expuestas , el gran número de empleados ejercen sobre él una profunda impresión , todo le hace sentirse pequeño y sin importancia . Y en verdad, como individuo no ofrece interés alguno al establecimiento comercial. Tan sólo es importante porque es "un cliente"; la tienda no quiere perderlo , pues ello indicaría que algo funciona mal y que probablmente otros clientes se perderían por la misma razón. Es importante en su carácter de cliente abstracto; pero como cliente concreto no significa nada en absoluto. No hay nadie que se alegre por su visita, nadie que se preocupe especialmente para satisfacer sus deseos. El acto de comprar se ha vuelto análogo al de adquirir sellos en una oficina de correos.


Erich From. El miedo a la libertad.

2 comentarios:

Viv. dijo...

"Dicen", que antes se establecía un vínculo de familiaridad con quienes atendían en los establecimientos comerciales, con la gente que habitaba la casa contigua ... (Era un valor afectivo.
Ahora importan los valores de consumo y adquirirlos para sentir que uno ES. El individuo pasó a ser objeto del objeto. Todos estamos -unos más, otros menos- enfermos del deseo de poseer, exhibir, aparentar.) ¿Qué vendedor recuerda a su cliente; reconocerías a quien en algún momento te vendió algo? Al objeto sí, seguramente. No recordamos el nombre de pila de quien vive en el mismo piso, pero sí identificamos su vehículo cuando ingresamos a la cochera, su marca y color.

Hay un pueblo pesquero muy al este de mi país donde en verano voy a comprar mermeladas y otros productos artesanales; además de los empleados del local allí se acercan los dueños, quienes me retienen durante buen rato conversando apasionadamente ... así lo hacen con todo el mundo. Pareciera que han incorporado a los clientes a su propia vida. No es puro marketing, te lo aseguro.

Indio Cacama dijo...

definitavemente el desarrollo del capitalismo ha llegado a extremos inhumanos.

Temas afines que se han publicado en este blog:

Related Posts with Thumbnails