El amor se parece al calorcito que sientes cuando, en un día de frío, usas ropa abrigadora. El calorcito no viene de la ropa, viene de ti mismo; lo único que hace la ropa es mantener ese calorcito a tu alrededor.
Lo mismo pasa con el amor; no es algo que vas a encontrar, ni es algo que alguien te va a dar; el amor que hay a tu alrededor es el que tú proyectas con tus acciones amorosas. Pero si tú sientes que a tu alrededor no hay amor, entonces tienes que empezar a generar y a dar ese amor que poco a poco te va hacer sentir ese calorcito abrigador en medio del frío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario