Una vieja propuesta que ha sido repudiada por los sectores opositores de México, podría ser ahora de lo más pertinente.

Una vieja propuesta que ha sido repudiada por los sectores opositores de México, podría ser ahora de lo más pertinente. Me refiero a aquella de el "Manifestódromo"; es decir un espacio destinado para que allí se hicieran los mítines y manifestaciones a favor en contra de todo cuanto ocurre de apaludible o repudiable en este país.

Digo, si de todos modos las manifestaciones no sirven de mucho, ya sea que se hagan en el Zócalo capitalino, en las calles o en las carreteras, por lo menos podrían llevarse a cabo en un lugar que siendo destinado para ello y con la cobertura de los medios, pero especialmente de las redes sociales, tendría la ventaja de separar de manera clara las expresiones auténticas de inconformidad, de aquellas que, ya sea de manera espontánea o inducida, devienen en actos de vandalismo con la consiguiente ola de arrestos injustificados, difamación de los movimientos sociales y criminalización de la protesta.

Además el Manifestódromo tendría la ventaja de generar en los movimientos sociales la necesidad de desarrollar una organización más eficaz que creara nuevas formas de presión hacia las élites de este país.