La segunda biografía de el tomo IV de la colección "Genios y líderes de la Historia" de Editorial Promexa es la de Edison. Este capítulo me gustó más que el de Alejandro Magno; se nota que el redactor tiene una gran admiración por el personaje y es comprensible porque la vida y la obra de el inventor norteamericano es ciertamente admirable.
Este capítulo comienza reseñando la azarosa vida de los primeros Edison que llegaron a lo que entonces eran las 13 colonias británicas y todas las vicisitudes que tuvieron que pasar las suscesivas generaciones de Edison para que Thomas Alva naciera en Ohio.
Alguna vez escuché decir a alguien que el Alva de Edison era una evidencia del origen mexicano de una rama de su familia, supongo que algunas personas quisieran compartir un poco de la gloria de los personajes notables y por eso inventan esa clase de cosas; la verdad en cuanto a Edison es que sus padres le pusieron ese nombre como un homenaje a un general norteamericano.
Hay en la infancia de Edison un hecho que hubiera podido trastocar toda su vida y el su genio habría quedado sin florecer: Edison era un muchacho que no se adaptaba al sistema escolar norteamericano, que en ese entonces usaba métodos que premiaban el sometimiento y destruían la creatividad; sus profesores dijeron a sus padres que Edison era tan tonto que sería una pérdida de tiempo que lo siguieran enviando a la escuela. Y esto fue un golpe de suerte para Edison pues su madre era maestra y tomo a su cargo la educación de su hijo quien se formó de manera autodidacta y siempre con un principio didáctico: comprobar la veracidad de los conocimientos que se encontraba en los libros.
Esta formación autodidacta le dió a Edison una peculiar forma de ver el mundo, ya siendo un inventor y empresario exitoso escribió:
"Necesitamos hombres capaces de trabajar bien. No doy un centavo por ningún producto de las escuelas públicas, a no ser que se trate de institutos tecnológicos. Al menos, estos no están llenos de latín, filosofía y otras bagatelas. Necesitamos ingenieros capaces, preparados para solucionar cualquier problema de taller. Dentro de tres o cuatro generaciones, cuando tengamos el pais en equilibrio y haya mermado el comercialismo, será el momento de ocuparse de los intelectuales."
Es curioso como puedes encontrar en México personas que comparten este criterio.
Edison patentó más de mil inventos, muchos de ellos aun los usamos en nuetra vida cotidiana. En este capítulo se relata los problemas que Edison tuvo que superar para obtener éxito en sus inventos más importantes.
Aunque el autor de esta biografía se ocupa del fracaso de la vida personal que fue el que sus hijos no lograran una vida productiva (posiblemente debido a la sobrevaloración que Edison daba a la formación autodidacta); no dice nada acerca del lado oscuro de Edison.
Edison fue un producto del capitalismo y en la etapa que vivió este inventor, no había otra forma de capitalismo que el capitalismo salvaje y Thomas Alva jugaba muy bien ese juego. Edison incurrió en espionaje industrial, sabotaje y boicot de sus competidores.
Un efecto curioso de este proceder de Edisón tuvo como resultado que México tuviera cines primero que Estados Unidos: Edison inventó el Kinetoskopio, pero las imagenes de este aparato no relataban historias ni se exhibian en salas; eran pequeñas vistas de cosas curiosas como hombres cargando cosas pesadas, perros o caballos corriendo etc, y se colocaba en las ferias donde la gente podía ver las imágenes por una moneda.
Los Lumiere no lograron instalar salas de cine en Estados Unidos por el boicot de Edison que no quería competencia para su kinetoscopio, de hecho, la industria fílmica de Estados Unidos tuvo que establecerse en Holliwood para escapar del sabotaje de Edison radicado en Nueva York.
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