Cuando a Calderón se le ocurrió la puntada de iniciar un guerra contra el narco, muchos especialistas le advirtieron que usar para ello al ejército agravaría las cosas porque a la inseguridad provocada por el crímen organizado se le sumarían las violaciones a los derechos humanos.
Esos mismos especialistas le hicieron llegar a Calderón estudios que indicaban que el poder del crimen organizado se potenciaba debido a que había logrado infiltrar todas (es decir TODAS) las corporaciones policiacas y además porque tales corporaciones no contaban con las capacidades ni materiales ni técnicas para darle seguridad a la sociedad.
De este diagnóstico surge de manera lógica el remedio: Depúrese las corporaciones policiacas y dótesele de capacidades técnicas y materiales. Pero Calderón calculó que lograr esto se llevaría mucho tiempo más allá de su sexenio y que los frutos de esa estrategia los recogería otro gobierno y él estaba urgido de resultados aunque fueran ficticios debido a la presión que sobre su legitimidad como gobernante ejercia la resitencia civil de los lopezobradoristas.
Calderón declaró que no podía decirle a la población que clamaba por seguridad que se esperara varios años mientras tenía lista y capacitada a las corporaciones policiacas que le harían frente al crimen organizado con éxito y que por eso encomendaba esa labor al Ejército que ya estaba organizado y capacitado. Lo que Calderón no dijo fue que tal organización y capacitación del ejército no incluye las labores policíacas.
El canciller de Hierro Otto von Bismarck sentenció: "El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación". Y Calderón perdió la oportunidad de dejar de ser grillo aigasidocomoaigasido para ser estadista.
Casi una década después es evidente que las advertencias de los especialistas a Calderón se cumplieron y que cada dia que pasa sin que se depuren las corporaciones policiacas que hoy por hoy están al servicio del crimen organizado (caso Iguala); cada dia que pasa sin que se cuente con corporaciones policaas capaces de aplicar el abc de una investigación como sería la simple elaboración de fichas de las víctimas del crimen organizado (por ejemplo de los 43 normalistas desaparecidos forzadamente, de los que no se cuenta con tales fichas), es un dia más de sufrimento de la población inerme ante la rapacidad del criminales y policias juntos, y por lo que se ve serán años de sufrimiento porque el estadista que trabaje hoy por las próximas generaciones no se vislumbra.
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