todo estaba listo para el gran descalabro de los Chuchos

Desde que el Partido de la Revolución Democrática era el Frente Democrático Nacional, el grupo que se hace llamar Nueva Izquierda y que todos conocemos como los Chuchos y que se quedó con la franquicia del partido fundado por Cuauhtémoc Cádenas, enseñó el cobre. Una vez que se consumó el fraude empezaron a acercarse al gobierno de Salinas, pero en ese entonces los Chuchos no tenían tanta fuerza y el ingeniero Cárdenas esta en sus meros jaltomates.

El Partido Acción Nacional negoció con Salinas sus votos en el Congreso para las reformas y privatizaciones en ese sexenio, a cambio recibieron la gubernatura de Baja California y otras dádivas más que se conocieron como concertacesiones. Los Chuchos se lamían los bigotes, pero Cuauhtémoc era terco y no negociaba.

Al paso de los años la fuerza del ingeniero decayó y la de los Chuchos creció y su hora llegó en el presente sexenio con el Pacto por México. A la estrategia política de negociar desde una posición de debilidad los teoricos le llaman "administrar la derrota". Al PAN le fue bien, se revistió de un prestigio de oposición responsable y obtuvo la Presidencia de manera tersa (aunque en la segunda vez, aiga sido como aiga sido, no fuera tan terso el asunto), así que los Chuchos creyeron que en esta elección recogerían las ganancias de haber apoyado el Pacto por México, pero nada de eso.

Los Chuchos no calcularon que los votantes del PAN no son como los votantes de izquierda, y que aunque los Chuchos se las dieran de "izquierda moderna y responsable", los votantes de derecha no iban a votar por el PRD mientras que los votantes de izquierda no iban a votar por un partido satélite de Peña Nieto, súmese el asunto Abarca-Iguala-Ayotzinapa, la salida de López Obrador y todo estaba listo para el gran descalabro de los Chuchos.