Lorenzo Córdova y sus burletas

Quien hace mofa de alguna persona se coloca, de manera virtual, por encima de esa persona. Dentro de su cabeza hace una comparación de sí misma con la otra persona y, autonombrándose árbitro en esa comparación, gana y goza de tal victoria. Al externar su gozo, celebra burlándose de la persona que a su juicio, está por debajo de él.

Esto es lo que vemos en el asunto de la grabación de una conversación del Presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, teórico político, ensayista y académico; mofándose de un padre, campesino guerrerense, de uno de los normalistas secuestrados.

Hay un verdad evidente en el punto que celebra Córdova; el Doctor por la Universidad de Turín Lorenzo Córdova domina a la perfección el idioma que (como diría Benito Taibo), impusieron por la fuerza los conquistadores españoles en estas tierras; y que un campesino guerrerense, sin ninguna de las magníficas oportunidades que ha tenido en la vida Lorenzo Córdova no tiene un dominio pleno del idioma castellano.

Las personas que estuvieron en la reunión donde hablaron los padres de los normalistas y Lorenzo Córdova pudieron constatar la superioridad de éste en materia de dicción en el castellano. ¿Por qué hacerlo patente mediante burletas?

Porque Lorenzo Córdova, al igual que todo aquel que se burla de los demás, tiene una carencia psicológica en materia de autoestima, por eso busca compensarla poniéndo de relieve aquello en lo que supera a las personas con menos oportunidad que él. Pero Córdova sabe que burlarse es socialmente reprobable, políticamente incorrecto, por eso no lo hizo durante la reunión con los padres de los normalistas; pero su carencia psicológica es una pulsión tan imperiosa que buscó un interlocuror ante el cual, en conversación privada hacer la celebración que compense sus carencias. Triste, pero así te ves, así nos vemos, como Córdova, cuando nos burlamos de alguien. Sirva este escándalito, más para aprender en lo que no debemos incurrir que para linchar a Córdova.