"En la tradición priista pura, la libertad de prensa sólo es tolerable en las publicaciones que llegan a los muy pocos: libros y revistas, aunque a veces ni ahí, como lo mostró el "caso Arnaldo Orfila" (1965) cuando la Presidencia lo echó de la dirección del Fondo de Cultura Económica por publicar Los hijos de Sánchez. En la prensa escrita, que tiene una audiencia mayor, la libertad es más reducida, como lo comprobó Julio Scherer cuando la Presidencia maniobró para sacarlo de la dirección de Excélsior en 1976. En la televisión y la radio, con audiencias masivas, el control ha sido casi total, pues esos medios eran -¿siguen siendo?-, como lo afirmara Emilio Azcárraga Milmo, dueño de Televisa: "soldado[s] del PRI y del presidente" (Carlos Monsiváis, Proceso, 20 de abril, 1977)."
Lee el artículo completo en Transición.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario