No habría necesidad de que se le "sugiriera" a Peña pedir disculpas si éste y su gabinete no se caracterizara por su casi patológica insensibilidad. En la mente de Peña y sus secuaces está enquistada la obsesión por sus reformas estructurales.
Tal obsesión les nubla la visión para ver que no habrá inversión extranjera en un país con el crimen organizado infiltrado en las corporaciones policíacas, en los partidos políticos y en los distintos niveles de gobierno; no habrá reforma que funcione con las instituciones corroídas por la corrupción.
Obsesión e insensibilidad les han llevado a proponer peñadas como desaparecer la policías municipales y hacerlas estatales, como si las policías estatales no estuvieran infiltradas; a legalizar minigolpes de Estado en los municipios; ha respaldar la propuesta panista de Ley Anti corrupción previamente descafeinada para salvaguardar sus corruptelas.
Es por esa obsesión e insensibilidad que Peña pide superar el duelo por los normalistas secuestrados, que su jefe de asesores Nuño vocifera que aunque la plaza pida sangre las reformas son prioridad para el Gobierno y al Secretario de Marina poner en duda la capacidad de los padres de los normalistas para expresar su indignación.
Peña Debe Pedir Disculpas al Pueblo de México: Enrique Krauze
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