"Acción directa": la más indirecta de todas las acciones.

La protesta es siempre un intento de mover a la autoridad desde la debilidad. Cuando un sector es fuerte no necesita protestar, solamente le impone su voluntad al gobierno y éste acata.
Pero en México, el pueblo al que retóricamente sirve un gobierno democrático elevado al poder por el voto, es un sector crónicamente débil, por eso, cuando coyunturalmente necesita la acción de su gobierno en algún sentido se ve en la imposibilidad de imponer su voluntad pues las élites encaramadas en el Gobierno en realidad no sirven al pueblo, se sirven a ellos mismos y a sus patrocinadores.
De allí viene la necesidad de ejercer la protesta y como las élites gobernantes a cada protesta les queda más claro que parte de un sector débil pues sencillamente no se mueve, ya lo dijo Salinas: "Ni los veo, ni los oigo."
Ante esto, dentro del sector débil, hay quienes proponen endurecer las medidas de protesta: "radicalizar", dicen erróneamente, porque lo radical es lo que va a la raíz de los problemas y la raíz de los problemas en México es que el sector mayoritario es débil y que su gobierno no le sirve.
Pero tanto el ala pacífica como la "radical" de la protesta pierden de vista que al final le dejan al gobierno (ese que no le sirve y más bien se sirve del pueblo) la tarea de resolver sus demandas, es decir le dan al final al gobierno la legitimidad que en los hechos no tiene.
Por eso los que a endurecer la protesta le llaman "acción directa",y también en esto se equivocan porque acción directa sería por ejemplo, ante el pasmo de Miguel de la Madrid, que el pueblo salga a las calles en el terremoto del 85 a ayudar al pueblo, otro ejemplo son las Autodefensas michoacanas, eso sí es acción directa.
Pero en quemar una puerta de un edificio público, romper ventanas, agarrarse a madrazos con los granaderos también legitima al mal gobierno que ya luego hará algo por las demandas si se le pega la gana.