En México sabemos muy bien que la palabra "puto" se refiere a homosexual, todas las demás acepciones que le damos en realidad solamente son atributos que el prejuicio homofóbico mexicano le otorga al homosexual. Puto es cobarde:
"Los putos no van a la guerra".
Puto es despreciable: "No tengo ni un puto peso".
Puto es desagradable en grado sumo. "Ah qué puto frío hace".
Puto es el que que obra con malicia y doblez:
"¡qué puto eres,engañando así a tu madre!".
Decir que no siempre se recurre al término en cuestión con intención homofóbica es tratar de engañar engañándose uno mismo. Ya lo dije al principio y lo repito; siempre que se usa la palabra puto se hace referencia a homosexual o los atributos que al homosexual otorga el prejuicio homofóbico.
Por eso me parece un actitud infantil la de tratar de justificar a los aficionados futboleros que utilizaron la palabra puto, ciertamente con intención festiva, en vez de reflexionar que tan arraigados están los prejuicios machistas, homofóbicos, misóginos, clasistas y racistas en la sociedad mexicana.
La defensa que se está haciendo del derecho de los aficionados futboleros a gritarle puto a los porteros me recuerda la vez que una persona justificaba el bulliyng con un "¡ash!los niños siempre son niños". Claro, los niños siempre son niños y empiezan el bulliyng poniendo un apodo y terminan asesinando a un compañero a golpes. Los crímenes por odio empiezan su gestación formando un prejuicio con la palabra puto en sus distintas acepciones...
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