Ya en el territorio donde hoy se asienta México la Religión fue gobierno: desde el México prehispánico la Teocracia fue la manera en que se controló a los pueblos indígenas; durante el Virreinato, la Iglesia Católica controló el registro civil, la banca, los cementerios y la tenebrosa Santa Inquisición.
La Iglesia Católica se ha opuesto a todo lo que signifique progreso para México: se opuso a la Independencia, se opuso a las Leyes liberales de Reforma, se puso del lado del invasor francés, y se puso del lado del sanguinario Victoriano Huerta.
Pero al igual que Elba Ester Gordillo, las distintas Iglesias que operan en nuestro pais le han vendido a los políticos sin escrúpulos como Salinas de Gortari, Fox, Calderón (también a López Obrador, por cierto), César Duarte, y ahora Margarita Arellanes Cervantes; la ilusión de que apoyarlas les da poder, y es el momento en que las tenemos envalentonadas y en camino de convertir a México en una nueva Teocracia, si lo permitimos.
A ver ¿estarías muy contento si la alcaldesa de Monterrey en lugar de entregarle la ciudad a Jesucristo se la hubiera entregado a Alá? ¿No te sentirías en el umbral de un estado islámico totalitario?
La única garantía de que se respete tu derecho a creer o no creer es que los gobernantes se sometan al Estado Laico y que nosotros los obliguemos a ello.
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