Examinemos el asunto empezando por el final. La acción de todo sistema de justicia concluye cuando al culpable de un crimen se le coloca en la cárcel. En México las cárceles son nombradas oficialmente como CERESOS, lo que fonéticamente sugiere un apacible paisaje japonés poblado de bellos cerezos. La traducción de las siglas no es menos reconfortante: Centro de Readaptación Social.
Tal nombre sugiere que en tales centros se capacita a los internos para que cuando cumplan su condena puedan reintegrase a la sociedad plenamente readaptados. Nada más lejos de la realidad pues es fama pública que en esos centros se capacita a los internos para ser delincuentes más peligrosos, que en ellos se viola sistemáticamente los derechos humanos, que allí se explota a los internos y a los familiares de estos, que desde allí el crimen organizado planea y dirige sus actividades delincuenciales y que para los criminales realmente peligrosos las rejas de los CERESOS son totalmente vulnerables.
Un programa realmente encaminado a resolver el problema de inseguridad en México ¿no tendría que empezar por sanear el sistema penitenciario?
Tal vez pero Calderón dejó todo como está y mejor sacó al ejército a las calles para luego quejarse:"Yo los agarro y los agarro y ustedes los sueltan y los sueltan..."; mientras que Peña tiene la puntada de crar un nuevo cuerpo policíaco (la Gendarmería) y dejar lo demás como está. ¿Debemos esperar que la situación de inseguridad mejore con Peña?
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