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¿Qué se va a acabar primero?

jueves, 29 de diciembre de 2011

Esto no es un cuento de Navidad

V. es una joven estudiante de Veterinaria. La noche del 24 de diciembre estaba festejando con su familia la Nochebuena. Como es costumbre en algunos hogares mexicanos, la familia de V. estaba rompiendo la piñata con gran algarabía; cada vez que terminaba el turno de alguien, los demás entonaban una especie de villancico cuya letra era:"est@ niñ@ es muy tont@, es muy tont@, se parece a su papá..."
Cuando le tocó su turno a V. seguramente no estaba muy a gusto de que cuando terminara le cantaran el villancico, tal vez pensaba: "A ver ¿a poco una niña tonta podría romper la piñata? No ¿verdad?"
El primer batazo fue certero y fuerte, la piñata crujió pero no se desplomó; los cábulas que estaban sosteniendo la piñata con un mecate ya habían medido y tomado nota del ímpetu de V. así que para el segundo batazo le quitaron la piñata y V. que no encontró obstáculo que detuviera el fuerte golpe se fue de strike y como había puesto en el golpe la fuerza de cada gramo de su cuerpo, dió una vuelta sobre sus talones que no resistieron el giro, el tobillo de uno de sus pies se dobló y V. cayó al suelo.
Inmediatamente dijo que sintió que le había tronado algo, y se quejó de dolor en el tobillo, pero la experiencia de alguno de los presentes les hizo suponer que solo se trataba de una torcedura y que con un poco de hielo en el área y un desinflamante se restablecería. Se le proporcionaron esas atenciones a V. y la familia procedió a cenar y recibir la Navidad.
Al día siguiente, a pesar de haber estado tomando desinflamantes y tener más o menos inmovilizado el pié la inflamación no cedía. En ese estado pasó V. el domingo, pero al día siguiente se le trasladó al Hospital de la Villa donde le informaron que tenía una fractura en la tibia y que requería de cirujía pero que allí no se le podía realizar porque no contaban con quirófano, y por cierto, que si hubieran acudido el domingo ni siquiera tenían rayos X.

V. fue trasladada al Hospital Rubén Leñero, donde le dijeron que sí le hacían la operación pero que, como era fin de año no contaban con material quirúrgico, que lo consiguiera y que cuando ya lo tuviera la operaban, el material consistía en clavos quirúrgicos y placas. Conseguir el material podría llevarse unos dos días y después de eso le sería aplicada una prueba de anestesia que duraba otros dos días.

La familia de V. recordó que contaba con Seguro Social gracias al convenio que la Universidad Nacional tiene con el IMSS, habría que ver si el seguro estaba vigente, la duda es que este periodo vacacional lo es además por ser fin de semestre en la escuela de Veterinaria en la que estudia V. Después de unas averiguaciones resultó que sí estaba vigente el seguro. Se ingresó a V. en el Hospital de Traumatología Magdalena de las Salinas y fue intervenida el martes al mediodía para ser dada de alta en la noche.

Moraleja: Bueno, hay muchas moralejas, desde que hay que aceptar con cierta bonhomía la carrilla de la raza, y que es mejor acudir a los servicios médicos que automedicarse hasta que tanto el Hospital de Urgencias de La Villa y el Rubén Leñero valen madre y que a pesar de todo el Seguro Social y la UNAM siguen siendo una grandes instituciónes de apoyo para el pueblo mexicano.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Por lo menos tuvo final feliz, tanto para la chica y también por saber que no todo está de la chingada (eso dicen algunos) en nuestro querido México.
Feliz Año Nuevo, Maestro.

Anónimo dijo...

Y siempre si le cantaron el villancico de la niña tonta?

Indio Cacama dijo...

no por cierto

Anónimo dijo...

Orale, que bueno que no le cantaron lo de la niña tonta...

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