Conversaba con un ex funcionario del Sistema de Transporte Colectivo Metro y la charla derivó en el escritor Paco Ignacio Taibo II que en algún acto en el que el ex funcionario estuvo presente casi se rehusa a darle la mano a pesar de haber sido presentados, pero como su esposa Paloma le hizo ver que el ex funcionario les había prestado mucha ayuda en la campaña Para leer de boleto en el Metro, por fin accedió a darle la mano: -Creo que le tiene prejuicio a los trajeados- me dijo el ex funcionario.
En ese momento la conversasión tomó el camino de las campañas de promoción de la lectura de la que Taibo II ha impusado la citada arriba y las dos fases de la llamada Para leer en Libertad.
Yo me quedé pensando en que esas campañas y hasta la actual del Consejo Nacional de la Publicidad son muy loables pero tengo la impresión de que ninguna de ellas toma en cuenta un pequeño detalle, y es que, cuando alguien se acerca a la lectura lo hace motivado por un deseo de cambiar , por un personalísimo intento de ser menos ignorante o simplemente de conocer algo más allá de su mundillo cotidiano y al contrario, las personas que se rehusan a leer ya se han conformado y se encuentran muy cómodas, por sórdido que sea, en su mundillo.
Supongo entonces que una próxima campaña de promoción de la lectrua debería enfocarse a despertar en las personas el deseo de cambiar para mejorar.
1 comentario:
Mmmm... no sé... no estoy segura. Bueno, creo que es una de las razones que se pueden tener para leer. Yo comencé leyendo porque lo hallaba sumamente entretenido. Si en el inter obtuve algo más, es un extra. También hay gente que lee para querer ser mejor y termina leyendo cada manual de autoayuda...
Pero definitivamente hay que buscarle para saber por qué no se lee y darle desde ahí.
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