Las nuevas generaciones no saben lo que fueron las prácticas antidemocráticas y autoritarias del Partido Revolucionario Institucional (PRI); por ejemplo el tapadismo, que consistía en un juego político para seleccionar el candidato a la Presidencia. En realidad el candidato ya se había seleccionado desde antes por la facción de la Familia Revolucionaria que seguía en el turno de la Silla Presidencial en el siguiente sexenio, El juego del tapadismo servía entonces para dos cosas: Una era para evitar que agentes extraños a la Familia Revolucionaria, como la población, o el gobierno de Estados Unidos interfiriera en el proceso; la otra función del tapadismo era el reacomodo de las fuerzas vivas en torno al nuevo centro gravitatorio del poder.
Otra práctica del PRI era la cargada, ésta consistía en que algún cacique (como Fidel Velázquez,p.ej.), recibía una llamada desde Los Pinos en la que se le decía un nombre, digamos Manuel Ávila Camacho, y entonces el lider declaraba que los obreros del país apoyaban la candidatura del General y el resto de los sectores se sumaba, se iban todos en bola a la casa del destapado y se ponían a echarle porras.
En esos tiempos TODA la oposición, la de izquierda y la de derecha criticaban, reprobaban y condenaban estas prácticas que el priismo llamaba cínicamente democráticas. Esa manera de hacer política le daba al país la estabilidad de la que se ufanaba el PRI. Y es que al parecer, al mexicano le cuesta mucho trabajo ser democrático, allí tenemos por ejemplo al Partido de la Revolución "Democrática", que cada vez que quiere ser democrático en la elección de dirigentes y candidatos se mete en tales pedos que nos muestran la peor mierda política imaginable.
Conciente de ello Calderón le da un madruguete a todos los suspirantes panistas y en la peor tradición priista reedita el destape y la cargada para encaramar a su amigo Ernesto Cordero. ¿El de seis mil pesos para pagar renta, colegiatura y abono del carro? Ese mero.
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