Para que Claudia Sheimbaum entreue la Presidencia faltan

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jueves, 6 de enero de 2011

Mujeres y Crisis. Propuesta a profesores. La Rebelión de las Masas.

I
Una joven salvadoreña de 19 años asiste al médico antes de salir en un camión de polleros que, le han prometido, la internará legalmente en México para encontrar trabajo como niñera de una familia rica. Solicita al doctor que le inyecte algún tipo de anticonceptivo por si la violan al entrar. Esa es una de las recomendaciones “humanitarias” que los traficantes de personas hacen a las mujeres y niñas internadas ilegalmente.
Ella sabe que no hay más opciones; otras adolescentes en el campamento preguntan qué deben hacer ante un ataque sexual de policías, militares o maleantes en la frontera de Chiapas. Saben que es la cuota, por eso el esposo de una de ellas le propuso que en lugar de que la violen, él puede ofrecerla a los soldados, para ir juntando “una platita” y así se cuidan y ayudan juntos.

Lydia Cacho

La pasada crisis financiera que desoló al planeta fue causada por la aplicación a rajatabla de las tesis neoliberales, sin más, no hay otro culpable. Las víctimas de esa crisis se movilizan en este momento desde el sur hacia el norte y de tales víctimas, las más vulnerables son las mujeres.
Escucha una excelente disertación sobre el este asunto en este audio

II
Hay avances tecnológicos que por facilitar las actividades de las personas actuan en detrimento de sus capacidades mentales.
Se dice que las personas analfabetas suelen tener una excelente memoria; esto sucede porque, al no poder anotar lo que tienen que recordar lo memorizan y ejercitan así la memoria todos los días; en contraparte, los alfabetizados no tienen necesidad de memorizar porque pueden anotar lo que tienen que recordar y su memoria es menos capaz.
Antes de que existieran las calculadoras, las personas memorizaban las tablas de multiplicar y adquirían gran destreza para realizar operaciones de aritmética. En grados escolares avanzados , los estudiantes eran capaces de realizar operaciones complejas utilizando logaritmos; ahora ya no hay necesidad de ello, pues basta presionar unos cuantos botones en una calculadora desechable china.
El autor del libro La puta de Babilonia declaró que para escribir ese libro lo único que tuvo que hacer fue buscar en internet: con Google se acabó la erudición. Y muchos chamacos webones, hacen su tarea copiando y pegando lo que encuentran en internet, muchas veces sin siquiera leer la información.
Es por eso que mi propuesta es que los profesores ya no pidan a sus alumnos resúmenes de textos, sino que pidan trabajos que no se encuentren en internet. Por ejemplo, podrían decir a sus alumnos: den 5 ejemplos de como podrían aplicar a su vida personal los valores expuestos en Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas. Para poder dar esos ejemplos tendrían que leer el libro y no podrán copiar/pegar de internet.

III
Hay veces que los libros tienen que esperar a que el lector esté preparado para encontrarlos. Eso me ha pasado con un libro que tal vez debí leer hace mucho o tal vez era necesario que no lo leyera hasta estos días. Se trata de La rebelión de las masas de José Ortega y Gasset. Lo empecé a leer y practicamente cada línea me provoca una reflexión. A partir de hoy voy a anotar aquí las reflexiones que me motiva la lectura de este libro, algo así como lo que hacen algunos lectores cuando anotan en los márgenes; o tal vez algo como lo que hice con El Principio del Placer de José Emilio Pacheco.
Para empezar:
Ortega y Gasset dice:
Definimos el lenguaje como el medio que nos sirve para manifestar nuestros pensamientos. Pero una definición, si es verídica, es irónica, implica tácitas reservas, y cuando no se la interpreta así, produce funestos resultados. Así ésta. Lo de menos es que el lenguaje sirva también para ocultar nuestros pensamientos, para mentir. La mentira sería imposible si el hablar primario y normal no fuese sincero. La moneda falsa circula sostenida por la moneda sana. A la postre, el engaño resulta ser un humilde parásito de la ingenuidad.

¿Cuántos engaños son posibles porque existe alguien con ganas de creer?

¡Muera el mal gobierno!

4 comentarios:

carlos dijo...

está buena la idea, pero los chamacos güevones podrían entonces buscar "valores expuestos en Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas", y todavía hay una buena probabilidad de que encuentren algo muy útil. la flojera es la madre de todos los inventos, o algo así.

pero de todos modos sí reduce las posibilidades, así que sigue siendo buena idea.

Eleutheria Lekona dijo...

Pocas veces pido a mis alumnos investigaciones, pero -cuando lo hago- les pido que me lo entreguen a mano para que -de pérdida- mientras copian, lean el texto (algo se les ha de quedar).

La cita que nos compartes de Ortega y Gasset me hace pensar en, cómo -por contraste- se distingue “el mal” de “el bien”. Y, entonces, “el bien”, lo que está bien hecho, aquello que resulta benéfico, tiene sabor, valor, se pondera amplio –y se agradece- frente a la maldad. Y en el caso específico del que se habla en esta cita, bueno, decir que el hablar primario y normal es sincero –afirmarlo- es ya suponer, de entrada, una intención detrás del habla, es decir, ¿y si no es natural que el hablar primario y normal sea sincero? Si es natural –y no hay una intención detrás-, ¿cómo calificarlo de ingenuo? (aunque la naturalidad en el ser, en el actuar, bien puede ser vista –dada la forma en cómo los humanos podemos destrozarnos entre nosotros mismos- como ingenuidad pura). Uno puede tener la intención de ser sincero o no serlo –y mentir-, pero ¿qué tal si es la mentira la que sostiene a la sinceridad?, ¿quién precede a quién? Quizá la virtud sea resultado de nuestra domesticación, de nuestro evolucionar. Y así, no hay “malo” ni “bueno”, sólo la naturaleza humana que es dual.

Y luego, ¿querer creer y, por eso, ser víctima del engaño? Creería ¿Por no ser víctima del engaño, no querer creer? Sería víctima. Pero aceptar la dicotomía sólo una vez si el dolor infligido tras la decepción es insufrible. Y no sé por qué lo pinto como una dicotomía, pero me gusta pensar que tengo que hacer una elección (y ninguna es inteligente). No, seguro hay otras formas de salir menos raspado.

andrew!ta dijo...

Mi querida madre es maestra de nivel superior, y tiene el mismo problema con sus alumnos, pero ultimamente aplica eso de dejar temas que no encontraran en google, y si funciona! y si resulta que si lo encuentran? Pues qué más, ella se da cuenta, no recibe el trabajo y si haya reclamos les demuestra que lo mismo está en google ^^.
Buenisima tu reflexión, cortita, profunda y sincera, la podre de subnick en mi messenger con tu permiso, pero prondre al autor jeje
saludos!

Indio Cacama dijo...

Gracias Carlos, Eleutheria y Andrew ta por los comentarios, gracias a Pokama por los vínculos. eleutheria tu comentario me hizo reflexionar sobre como aprendemos a mentir, tal vez a ese lenguaje primario se refiere Ortega y Gasset al afirmar que es sincero.

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