Estás aquí, collar mío, plumaje fino mío, criatura mía, hija mía: prueba de la fuerza viril, de mi sangre y de mi linaje. Óyeme pues ahora y acoge lo que te diga:Se suele tener una percepción idílica de las antiguas culturas mesoamericanas, esto se debe a que mucha de la información que de ellas llega hasta nuestros días ha tenido que pasar por diversos filtros como la censura de los misioneros cristianos o de la reinterpretación de los nacionalistas del siglo XIX, pero los especialistas en su estudio han encontrado desde hace décadas indicios del carácter autoritario, clasista y machista de estos pueblos. Escucha una excelente disertación sobre este tema en este audio
Has nacido, has llegado a la vida, que te envía acá nuestro señor el creador de los hombres. Y ya vas viendo cómo son las cosas y qué sentido tienen:
No hay placer, no hay alegría; se sufre y se tienen penas; hay cansancio, hay agotamiento y de ahí el dolor brota.
(...)Aquí está tu madre y señora: de sus entrañas y de su seno te desgarraste y desprendiste; cual si fueras una hierbecita, como si fueras una plantita, de ella has brotado y has florecido: es como si estando dormida, hubieras despertado.
Ve, pues: oye, entiende: esa es la vida humana.
No vivas vida vana, no vivas sin cordura, no andes por lugares inciertos.
¿Cómo habrás de vivir? ¿Cómo habrás de seguir por breve tiempo el camino de la vida? Hijita mía, pequeñita mía, tortolita mía: se dice que la vida es lugar de conflictos, de espantos, de temores.
(...)En este punto, no te portes como la que en el mercado anda de cambalachera, tratando con una y con otra, o como la que en tiempo de verde anda escogiendo entre cosa y cosa. No andes con ansia loca en pos de nadie. No vaya a suceder que el escogido por nuestro Señor, al cual tú rechazaste y le diste el puntapié se burle de ti y haga mofa de ti y vengas a parar en mujer de la calle.
¡No: ponte en vela! Ve bien que no tu enemigo goce de ti. No te entregues al que va de paso, ni al forastero, al que anda a caza de placeres, al de vida disoluta.
Tampoco sean dos o tres los que te traten. Ni que conozcan tu cara, ni tu cabeza en son de burla esos que han visto.
Uno solo unido a ti y hasta el fin.
Y eso sí, no lo abandones; apriétate y cuélgate a él. No importa que sea un pobre caballero Águila, un pobre Tigre, y aunque sea pobre de los últimos, y un pobretón que apenas tiene para vivir: no lo desdeñes, ni lo hagas menos.
Fragmentos de los Huehuetlatolli
II
Cuando aprendemos a hablar decimos nuestras primeras verdades, no pude ser de otra manera pues al prinicipio solamente estamos capacitados para nombrar lo que conocemos: papá, mamá, bibí, popó, pipí, etc.
Mentir requiere de abstracción, hay una reelaboración de la realidad en la mentira, hay invención y creatividad y eso dificilmente lo puede lograr un pequeño de poco más de un año de edad que es el promedio en que se empieza a usar el lenguaje hablado.
Para aprender a mentir hace falta convivir con las personas mayores, habituadas a mentir a cada rato y hace falta obtener la noción, mediante la observación, de que una cosa es la realidad y otra lo que puede decirse de ella y eso es una aprendizaje muy dificil de obtener a los dos, a los tres y tal vez hasta los cuatro años de edad. Hay un refrán que reza: Los borrachos y los niños dicen la verdad. Los borrachos porque su intoxicación les impide controlar sus funciones mentales y los niños porque no han aprendido a reinventar la realidad y abstraerse de ella.
III
José Ortega y Gasset dice:bueno, así como saber, saber, debo reconocer que no, pero debe haber alguno, digo tampoco hay que ser tan pesimista...
¿Sabéis de algún lugar del mundo donde la inteligencia exista?
Job
¡Muera el mal gobierno!
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