El 5 de mayo de 1981 en la prisión de Maze (conocida como Long Kesh), quedó cancelada la estrategia de huelga de hambre que por estos días han emprendido los compañeros electricistas como medio para presionar a Calderón para revertir el ilegal decreto que, sin tener facultades legales para ello (ni que fuera Chávez), ordena la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza (enlace).
En aquella fecha Bobby Sands, quien fuera miembro del IRA Provisional (Ejército Republicano Irlandés provisional) y Parlamentario Británico, fracasó en su intento por presionar al gobierno de Margaret Tatcher para que devolviera el Estatus de Categoría Especial (similar al de prisioneros de guerra) a los miembros de organizaciones paramilitares nacionalistas irlandesas. Tatcher no cedió a la presión de los huelguistas pero Bobby Sands murió por el prolongado ayuno.
Por si no fuera suficiente ese antecedente , apenas este año, el gobierno de Raúl Castro dejó morir al huelguista Orlando Zapata sin que sus demandas se hayan visto satisfechas.
El punto débil de la huelga de hambre es que apela a la conciecia de un ente que ya dió muestras de carecer de aprecio por la vida humana, a un ente que sólo obedece a lo que Maquiavelo llamó Razón de Estado, es decir que sólo está dispuesto a tomar medidas que le permitan acceder al poder y una vez allí mantenerlo y ensancharlo y si para eso se tiene que morir la Verdad y los seres humanos pues que se mueran , sólo serán los menos que cayeron bajo el fuego cruzado.
Vincularse con el pueblo, ayudar a su organización sería un medio más efectivo para presionar a Calderón , pero dejarse morir esperando que quien detenta la Presidencia (aiga sido como aiga sido) recapacite es una ingenuidad que sería enternecedora si no fuera porque no es digna de personas concientes de su valor y del desprecio que el poder tiene de ellas.
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