Cuando el PRI era el gobierno y se daba por descontado que todos los priistas que ocupaban un cargo de elección popular gracias al fraude , entonces era una forma de resistencia civil pacífica el ir a votar en contra del PRI, porque de esta manera cada ciudadano inconforme con el PRI lograba escamotearle una boleta al fraude, de tal manera que al hacer su trabajo sucio los mapaches tenían tales dificultades que se hacía aun más evidente el fraude.
En los votantes antipriistas de entonces no cabía la esperanza de que el candidato opositor ganara, sólo había la motivación de cumplir con un deber ciudadano ,de expresar su inconformidad , de hacer lo que es debido y esa era toda la satisfacción.
En estos momentos previos a las elecciones para renovar congreso y alcaldías (y creo tres gubernaturas), está creciendo el llamado a la abstención que algunos opinadores han realizado. Hay en estos opinadores y en gran cantidad de ciudadanos la noción de que el voto sirve para nombrar representantes, que tales representantes realmente representan al ciudadno , su opinión y su forma de pensar, la verdad es que no sé en que país han vivido en los últimos 21 años en los que las concertacesiones y no las elecciones han sido la forma de posicionarse de las diversas corrientes políticas. Es por eso que los llamados a la abstención sólo darán la puntilla a la democracia sietemesina con la que contamos los mexicanos y que nos mantiene colgados de un dedito sobre el precipicio de el autoritarismo.
No participemos , seamos sañudamente indiferentes a la política y el espacio que dejemos será llenado por el autoritarismo de derecha o de izquierda, a estas alturas ya resulta un volado. En cambio ir a votar es resistir ante el embate del autoritarismo.
¿No hay por quien votar? Hay quien propone entonces anular la boleta, podría ser una opción . ¿No nos gustan los partidos que hay ? Pues formemos otros. Los actuales partidos fueron creados por ciudadanos, ¿serán ellos mejores que nosotros?
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