Tres consideraciones rápidamente. El Estado mantiene la tesis de que hay una especie de pirámide delincuencial, empiezan con pequeños delitos, por ejemplo, suponer que un cajero que en un banco dice: A ver, este señor acaba de cambiar 25 mil pesos por ahí, y le avisa. O en alguna casa de cambio del aeropuerto, lo mismo da, y le avisa a su compinche para que asalte a esa persona. Sí creo que nos habla de una descomposición fuerte de la sociedad, que no está siendo adecuadamente tratada en su base por parte del Estado.
Un Estado que se inhibe y dice: Bueno, no podemos hacer nada contra los cajeros. Yo creo que el Estado debería, por lo menos, pedirle al ABM una integridad de sus cajeros, controles de integridad a sus cajeros. Decir: A ver, el que está metido en esto. Es responsabilidad tuya cuidar a tus cuentahabientes dentro y fuera de las instalaciones bancarias, y por el otro un mínimo mensaje de que efectivamente el Estado puede controlar ese crimen incipiente.
Después cuando uno va subiendo en la pirámide dice uno: ¿Y podría controlar realmente el narcotráfico?
Yo leí hace unos días una entrevistas de esta mujer Alma Guillermo Prieto, esta periodista mexicana-estadounidense, diciendo: todos los periodistas hablan mucho de la violencia del narcotráfico, pero ninguno se mete a investigar el dinero, porque el dinero finalmente es el que sigue moviendo todo eso, y sigue moviendo no solamente, dice ella, cantidad de intereses en México y los Estados Unidos. Dice también presupuestos millonarios que se van a la lucha contra el narcotráfico siguen ahí, y es, dice ella, una especie de juego perverso que permite a las agencias seguir reciclando esas grandes cantidades. Es decir, ahí está la gran amenaza.
Termino diciendo, esa es la tercera consideración, que sabemos dónde está el problema. Creo que el diagnostico es preciso. Lo que acaba de suceder en Benito Juárez, en Quintana Roo, y lo que acaba de suceder en Ciudad Juárez, es que los gobiernos locales son incapaces de contener la oleada, y que están en condiciones, en el caso de Quintana Roo, mataron al general Tello, en el caso de Ciudad Juárez le dijeron al alcalde: O quitas la Secretario de Seguridad Pública, o cada 48 horas te vamos a ir matando a una gente. Y quitaron al Secretario de Seguridad Pública. Eso ocurrió este fin de semana. Con lo cual dice uno: ¿Dónde está el poder? El poder lo tienen ellos.
Me parece clarísimo, después de todo este tiempo que el diagnóstico que ofrecen Fernando Henrique Cardoso, Ernesto Zedillo y César Gaviria, es decir ex presidentes de México, Colombia y Brasil, que les toca lidiar con el problema como presidentes de sus repúblicas, es: O cambiamos el paradigma del combate a las drogas o esto va a seguir siendo la pendiente del homicidio.
Y doy los cuatro datos rápidamente, si me lo permiten. Uno, no se ha reducido el cultivo de drogas. Es decir, en toda América se sigue cultivando una superficie muy similar después de 20 años de combate. No se ha reducido la adicción, el número de adictos, es más crece. No se ha reducido la capacidad económica de los grupos de narcotraficantes, hoy tienen más dinero y no se ha reducido su capacidad de fuego para luchar contra el Estado. Es decir, cuando te oía hablar de 10 mil soldados cada uno de ellos. Lleva el Estado mexicano 20 años luchando, o más quizá, contra esta lacra y se niegan a cambiar el paradigma.
Yo creo que está claro que o cambiamos de visión completa para enfrentar el tema del narcotráfico y los convertimos en prósperos señores globales, que hagan negocios por todo el mundo, o realmente esto no tiene solución.
LEONARDO CURZIO GUTIÉRREZ.Primer Plano. Canal Once.
1 comentario:
LO destacado es la ausencia de una propuesta por parte de Curzio.
Y si la propuesta es cambiar de paradigma, quizas y el sea el del paradigma, me refiero, si el dice que la superficie de cultivo es la misma, eso habla de (1)ahora hay mas drogas sinteticas y (2)se ha contenido exitosamente el crecimiento que para estos momentos de hace 20 años deberia de ser al menos 10 veces mas.
La adiccion no habla mas que de una descomposicion social, tanto que existen personas a favor de la mariguana y pretenden legalizarla. Esto diria yo, es mas culpa de la sociedad que del estado.
COn respecto a la capacidad economica, yo diria que es la raiz, la corrupcion, me refiero, primero hay que erradicar la corrupcion para acabar con el narcotrafico.
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