Recurrir a prácticas como utilizar a un niño o algúna pretendida discapacidad física para despertar la lástima de la gente y obtener dinero se considera falto de ética y provoca tal rechazo ,que mucha gente opta por no otorgar nunca ayuda , por pequeña que sea, a nadie que lo solicite.
¿Se podría decir que recurrir a esas prácticas de manipulación emocional utilizando los medios de comunicación incrementa de manera exponencial su naturaleza anti-ética y reprobable?
Si consideramos que una persona que en un pasillo del metro trata de inspirar lástima para obtener un beneficio está dañando la integridad emocional del transeunte (¿la daña?), el utilizar los medios para ello es más grave porque incrementa exponencialmente el número de víctimas de la manipulación emocional.

De entre los pedigüeños callejeros muchos son en realidad timadores , pues presentan un performance , una escenificación fraudulenta para motivar la compasión . Los pedigüeños mediáticos muchas veces han defraudado a su público , de hecho lo defraudan cotidianamente con una programación insulsa donde se ha expulsado meticulosamente todo vestigio de cultura y buen gusto . ¿Podría decirse que lo defraudan al presentarle la escenificación que lo manipula emocionalmente y sacarle su coperacha? ¿Quién lo sabe? ¿Alguna vez se ha auditado al Teletón?