Los ojos cerrados y la luz del sol a través de los párpados revelan paisajes de belleza insospechada , dinámicos , cambiantes , especialmente si nos movemos , pues la sombra de los árboles , de las casas o las nubes crean mosaicos caleidoscópicos , siempre en tonos rojos . Si yo fuera pintor me inspiraría en estos paisajes , seguramente llamarían a mi obra El período rojo... mmm, bueno , tal vez no , creo que suena demasiado menstrual.
Estos paisajes rojizos, encarnados , carmesís ; definitivamente ejercen un efecto hipnótico , pues nada es más fácil que quedarse dormido si uno tiene los ojos cerrados , lo aterrador es volver a la realidad , especialmente si al abrir los ojos se encuentra uno con que hace 20 calles se debió haber bajado del microbús ¡Joder!
1 comentario:
Así me quede una vez, escape roto de la combi e intoxicación por monóxido de carbono. Después te quedas dormido como pollito.
Buen fin de semana
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