Para que Claudia Sheimbaum entreue la Presidencia faltan

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martes, 9 de mayo de 2006


Hola. Me da gusto recibir tu amable visita. Esta vez quiero proponerte la realización de un experimento. Se trata de lo siguiente , toma unas gafas oscuras y unta crema en sus cristales , consigue unos tapones de caucho para los oídos, amarra las agujetas de los zapatos que traigas puestos uno con otro, de tal manera que al caminar sólo puedas dar pequeños pasos, colócate algún tipo de impedimenta , digamos una mochila de unos 15 kilos de peso. Después de eso colócate las gafas y los tapones para los oidos y ve a la calle a realizar algo sencillo y rutinario , por ejemplo ve a comprar cigarrillos.

Seguramente tus movimientos serán más lentos que de costumbre , tal vez tropieces con algun obstáculo del que ya sabías su existencia pero que por las nuevas condiciones de tu percepción habías olvidado. La calle a la que estás habituado te parecerá rara , preferirás avanzar por ella con suma cautela , cada suceso te tomará por sorpresa y tardarás unos segundos en analizarlo y actuar en consecuencia . ¿Tienes que cruzar la calle? talvez preferirás cerciorarte perfectamente de que no serás atropellado , no puedes ver muy lejos, no puedes oir claramente el ruido de los motores y si un vehículo se dirige haia ti no podrás eludirlo fácilmente pues tus pasos son muy cortos y a estas alturas parecerá que la mochila pesa más que al principio.

Supongamos que sobrevives a tu odisea y llegas ante el tendero ¿todavía recuerdas a que fuiste? Entonces pide tus cigarrillos. ¿Viste cuando te los dieron? ¿Escuchaste al tendero dártelos y cobrarte? ¿Puedes contar tus monedas ? ¿Se te cayó alguna? ¿oiste hacia donde cayó? ¿Puedes encontrarla? El tendero está esperando que le pagues y su paciencia se agota porque tiene que atender a otros clientes y tiene ganas de tirarse un pedo . Calma no te pongas nervioso , no tiembles , porque tus movimientos se harán más torpes y no podrás encontrar la moneda y a lo mejor hasta se te olvida que chingados haces a gatas en el suelo.

Bueno es posible que tengas suerte y ejecutes tu misión sin contratiempo alguno y en un tiempo razonable; pero esto es por lo que tendrás pasar por varios años si llegas a ser un anciano y es por lo que pasa todo anciano que conozcas o que te encuentres durante el día. así que talvez merezcas algo de consideración de los demás cuando estés en esas circunstancias si ahora tú la tienes para los ancianos.
No es fácil , especialmente si eres un neurótico habitante de la Ciudad de México siempre apresurado y a la defensiva por vivir en medio de lo que no es precisamente un remanso , pero si logras tener un poco de paciencia para un anciano talvez seas un bien nacido .

1 comentario:

Manuel dijo...

¡Ni me digas del DF!, vengo regresando de viaje de negocios...
y en verdad te estresa la ciudad, claro que comes y te paseas rico. Alguna ventaja tiene.

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