Muchas veces perdemos de vista que para los niños el mundo es algo muy nuevo. Cada cosa , cada situación es nueva ; novedosa más no excepcional. Lo excepcional para un niño sería algo que no fuera nuevo. Por eso son capaces de tomar las cosas con gran naturalidad , porque asumen que así es el mundo.

Por ejemplo , la muerte, para un niño pequeño no tiene el mismo significado que para una persona mayor. Un pequeño no comprende dos cosas de la muerte : Que es universal , es decir que todos morimos y que es irremediable; es decir que nadie resucita. Pero mientras esas dos características no llegan a su entendimiento la muerte no es para un niño algo que cause pesadumbre , simplemente es y ya.

Es el entorno que forman el resto de las personas lo que da a la muerte su pesada carga emocional . Sin embargo celebraciones como el Día de Muertos le dan a la muerte un contradictorio carácter festivo. Especialmente en los últimos años en los que se ha hecho una especie de sincretismo entre el Día de muertos y el Halloween ya que la costumbre norteamericana de disfrazarce y salir a pedir dulces , se hace en México en Todos Santos y Día de Muertos ; aunque los niños no piden trick or deal sino calaverita , y aquí no se lanzan huevos a quien se niegue a dar; que si ya el hecho de pedir , para muchas pesonas -incluído yo- es algo feo ;el lanzar huevos es detestable , bueno excepto si el blanco es Hugo Sánchez.