No sé desde cuando se puso la autoestima de las naciones en las proezas de sus deportistas. Sospecho que desde que se iniciaron los Juegos Olímpicos de la era moderna . Es posible que ver a Jesse Owens derrotar a la raza superior debió ser un duro golpe para la autoestima nazi.

Para que la autoestima de las naciones pudiera fincarse en el ámbito deportivo , tal concepción debió ser procesada por la propaganda , supongo entonces que Göebbles fue el iniciador de tal falacia . Y después se continuó con la Guerra Fría : Un mejor sistema político produce superhombres capaces de hazañas para quedar imortalizadas en mármol.

Sea la ideología que enarbola la existencia de una raza superior o de un sistema político superior , el caso es que muchos mexicanos , durante generaciones , se tragaron la píldora . Sólo que para desgracia de este país, las hazañas deportivas de los deportistas mexicanos escasean más que el oxígeno en un vagón del metro capitalino. Por lo que la conclusión necesaria es que los mexicanos somos un pueblo inferior. Eso pasa cuando se pone la autoestima de una nación en las zapatillas (¿tacos se llaman?), de los futbolistas.

Y ¿ahora qué? las tinieblas se disiparon , México obtuvo un campeonato mundial de futbol. ¿Ya estamos contentos? ¿Transformará ese campeonato la actitud mayoritaria de bajar los brazos y ante cualquier dificultad decir "no se puede"? Yo tengo fe (esa confianza sin fundamento), en que el pueblo mexicano puede transformar su realidad. Pero no por la acción de un puñado de jovencitos , eso es delegar en otros lo que cada uno de nosotros debe hacer. Los chavos de la Selección Sub-17 hicieron su esfuerzo y lograron su éxito , que es sólo suyo , no de la nación.