
Desde hace unos años -nadie puede determinar la fecha exacta del acto fundacional que lo inspiró-, existe el movimiento Libro Libre. Impulsado por la organización mexicana Letras Voladoras, este grupo se propone fomentar y compartir el placer de la lectura.
Hasta aquí, nada sorprende: muchas instituciones públicas y privadas planean constantemente acciones con el mismo fin. Lo inédito es la táctica que emplean: la "incitación" a liberar -dejar- un libro en algún lugar público (un autobús, un parque, una cabina telefónica, un centro comercial), con lo que el texto queda, entonces, a la espera de ser encontrado.
El atento paseante que resulte ser el afortunado podrá tomarlo y retenerlo el tiempo que le lleve su lectura. Después deberá liberarlo a su vez, para seguir con el ciclo. Se sugiere que el donante agregue una dedicatoria al ignoto prójimo que recogerá la obra, aclarando su dirección de correo electrónico con vistas a generar, en algún momento, un grupo de lectura comentada formado por todos aquellos que han participado de la cadena.
Toda esta propuesta de "liberación" se difunde, principalmente, por correo electrónico. El último llamado globalizado destinado a coordinar las acciones fue para el 21 de septiembre pasado.
3 comentarios:
Es una campaña tan extraña e inovadora que suena como una idea genial, pero muy probablemente siempre se cierren esos ciclos con la típica persona que carece de cívismo y se quede el libro.
Si le gustó tanto el libro que prefirió quedarse con él , entonces valió la pena liberar el libro.
es como lo del leer de boleto en el metro, yo me quedpe uno (el número tres o qué se yo)
esta bien chido jajaja
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