Para que Claudia Sheimbaum entregue la Presidencia faltan
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miércoles, 3 de agosto de 2005
Alguien que escribió una Historia de la estupidez humana , señala al coleccionismo como una de las más grandes estupideces humanas, francamente no estoy de acuerdo . Tal vez el autor de esa obra se refiere al coleccionismo en el que los objetos coleccionados alcanzan precios exorbitantes y en el que los coleccionistas viven obsesionados por conseguir las piezas más codiciadas en su medio.
Sin embargo el coleccionismo tiene su utilidad , por ejemplo , es muy valorada la utilidad pedagógica de la filatelia , especialmente si la colección es temática ; entonces el filatelista puede aprender sobre arte, política , historia , ecología ,astronautica , en fin de cualquier tema que se haya aboradado en la emisión de sellos postales.
En El principito , Antoine de Saint-Exupéry , se lamenta de que las personas mayores al conocer a alguien siempre preguntan ¿cuánto..? en vez de preguntar ¿coleccionas mariposas?.
Desmond Morris explica que el coleccionismo es la manera en que los seres humanos hemos sublimado nuestro natural instinto cazador , es así que el coleccionista siempre anda a la caza de los objetos presa de su colección.
En fin , invito a quien lea este post a inicar una colección bonita , por ejemplo:Hay una película de Danny de Vito y Billy Cristal cuyo título en español era Arroja a mamá del tren y que era una segunda versión de una película de los años 30 o 40 ; el caso es que en esa película hay una secuencia en la que Danny de Vito le muestra a Billy Cristal una extraña colección de monedas ; lo raro de la colección no es que estuviera formada de monedas dificiles de conseguir o muy valiosas , sino que estaba formada por monedas comunes y corrientes que para el personaje que hace de Vito tenían un valor muy especial: ésta me la dió un tío que vive en Alaska, ésta me la encontré en el metro ; ésta la gané en el bingo , etc. También recuerdo una canción de Fito Paez cuya letra dice:
Se llamaba Soledad y estaba sola
como un puerto maltratado por las olas,
coleccionaba mariposas tristes,
direcciones de calles que no existen.
Pero tuvo el antojo de jugar
a hacer conmigo una excepción,
y primero, nos fuimos a bailar
y en mitad de un 'te quiero' me olvidó.
De Esperanza no tenía más que el nombre,
la que no esperaba nada de los hombres,
coleccionaba amores desgraciados,
soldaditos de plomo mutilados.
Pero quiso una noche comprobar
para qué sirve un corazón
y prendió un cigarrillo y otro más
como toda esperanza se esfumó.
Por eso, cuando el tiempo hace resumen
y los sueños parecen pesadillas,
regresa aquel perfume de fotos amarillas.
Y aunque sé que no era las más guapa del mundo
juro que era más guapa, más guapa que cualquiera.
Se llamaba Inmaculada aquella puta
que curaba el sarampión de los reclutas,
coleccionaba nubes de verano,
velos de tul roídos por gusanos.
Pero quiso quererse enamorar
como una rubia del montón
y que yo la sacara de la 'calle
de los besos sin amor'.
Y mil años después, cuando otros gatos
desordenan mis noches de locura,
evoco aquellos ratos de torpes calenturas.
Y aunque sé que no era la más guapa del mundo,
juro que era más guapa, más guapa que cualquiera.
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1 comentario:
aaaaw! Fito Páez! =)
Pues la verdad me parecen muy exagerados esos que coleccionan cosas que valen más que tres mansiones deluxe...de esas que jamás podré comprar ni en abonos chiquitos de elektra.
Yo coleccionaba tortuguitas; así las que sean y discos que me prestaban y que no me volvian a pedir (los piratones...jeje)
así pues =)
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