Genealogía dela Moral es un libro duro, le da una buena paliza a la moral judeo-cristiana y como estamos formados en esa moral pues resulta duro admitir que Don Federico puede que tenga razón. No obstante ni siquiera Nietszche puede negarle el derecho a los esclavos a tener su ideología de resistencia.
En el capítulo que estoy leyendo en estos dias, Don Federico inicia diciendo que "una criatura a la que sea lícito prometer es un logro de la Naturaleza". ¿Lícito? ¿Por qué lícito? sigo leyendo y se aclara más o menos mi pregunta. Alguien a quien le sea lícito prometer debe ser tan fuerte, tan valiente y tan libre que todo mundo sepa que su promesa vale.
Pero para que tal criatura sea posible es necesario que desarrolle memoria y según Nietzsche esto no se logró con maneras gentiles, el siguiente párrafo que aquí te voy a dejar me hizo recordar (porque los contradice), lo que aseguran los anarquistas; que el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad y el gobierno quien lo vuelve un ser abyecto:
"Nosotros los alemanes no nos consideramos un pueblo especialmente cruel y duro de corazón, y menos aún gente ligera y que viva al día; pero basta echar un vistazo a nuestros antiguos ordenamientos penales para darse cuenta del esfuerzo que cuesta en la Tierra llegar a criar un "pueblo de pensadores" (...). Estos alemanes se han construido una memoria con los medios más terribles, a fin de dominar sus básicos instintos plebeyos y la brutal rusticidad de estos: piensen en las antiguas penas alemanas, por ejemplo, la lapidación (...), la rueda (...), el empalamiento, el hacer que los caballos desgarraran o pisotearan al reo (el descuartizamiento); el hervir al criminal en aceite o vino (todavía en uso en los siglos XIV y XV); el muy apreciado desollar(...), el arrancar la carne del pecho; y también el recubrir al malhechor de miel y entregarlo , bajo un sol ardiente, a las moscas. Con ayuda de tales procedimientos se retiene en la memoria cinco o seis "no quiero", respecto a los cuales uno ha dado su promesa con el fin de vivir entre las ventajas de la sociedad y ¡con ayuda de esa especie de memoria se acabó por llegar "a la razón", a la seriedad el dominio de los afectos, todo ese sombrio asunto que se llama reflexión, esos privilegios y adornos del hombre! ¡qué caros se han echo pagar! ¡Cuánta sangre y horror hay en el fondo de las "cosas buenas"!"
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