Si quieres que tu mente y tus emociones descansen de tanto COVID-19...

En los interesantes tiempos de pandemia que vivimos el tema del coronavirus permea todos los espacios y tarde o temprano llega a abrumar. Por salud mental es necesario evadirse por un momento del asunto y nada mejor que Don Julio. Pero no me refiero al tequila sino a Don Julio Verne y su Viaje al Centro de la Tierra.

Me topé con esta obra en la secundaria. La maestra de Español le pidió a sus alumnos comprar cada uno un libro de una lista que ella seleccionó y en la que estaba incluido el libro que menciono ahora; luego de leer cada quien su libro lo intercambiamos y así hasta el final del año en que cada uno de nosotros leyó 30 libros.

Pero la verdad es que hubo algo de trampa de parte de algunos compañeros porque al comprar el libro que les tocó adquirieron un versión tan breve que la mitad era texto y la otra mitad ilustraciones, ese fue la primera versión que leí de este libro.

Julio Verne es tan prolijo en las descripciones de paisajes, en detalles técnicos de paleontología, geología y mineralogía imposibles de condensar en una versión breve, por lo que los chamacos huevones que leimos la versión breve entonces nos perdimos un buen banquete narrativo, aunque quien sabe si por la misma hueva los chamacos lo hubieran disfrutado.

La versión original contiene ilustraciones de Édouard Riou que se reproducen en la versión que acabo de leer y también incluye la reproducción de un texto en escritura rúnica, muy interesante el asunto.

Toda novela que se precie gira alrededor de un conflicto, en las novelas de aventuras como ésta, el conflicto es del Hombre contra la Naturaleza. Encuentro cierto tufillo racista en un pasaje; los personajes son alemanes y para cuando la obra fue escrita (alrededor de 1863) ya en Europa habían cobrado fuerza ciertos elementos ideológicos que dieron origen al nazismo en el siglo siguiente como la superioridad de la raza blanca y la fuerza de la voluntad, es posible que Verne estuviera al tanto de esas corrientes ideológicas.

Para disfrutar de esta lectura hay que hacerle algunas consesiones a Verne, solamente así se aprecia el espectáculo de su desbordada fantasía, porque si nos ponemos a confrontar sus premisas con lo que actualmente se sabe del centro de la Tierra pues no abría manera de llegar ni a la mitad del libro.

Si quieres que tu mente y tus emociones descansen de tanto COVID-19 es muy recomendable este libro o cualquier otro de narraciones fantásticas.