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¿Qué se va a acabar primero?

sábado, 18 de mayo de 2019

La Revolución Industrial. T.S. Ashton. Breviarios del Fondo de Cultura Económica.


Si me hubieran preguntado sobre el tema antes de leer este libro, hubiera dicho que fue un proceso que empezó en Inglaterra allá por la segunda década del siglo XIX cuando se inventó la máquina de vapor o la tejedora Jenny, algo así y que se caracterizó por profundizar las injusticias del capitalismo salvaje con jornadas inhumanas, en condiciones insalubres, pésimos salarios y super explotación de hombres, niños y mujeres.

Después de leer el libro veo que la primera parte de mi concepto es inexacto; según el autor...bueno, según el autor, ni siquiera debería llamarse Revolución a este proceso. Verás, una revolución se caracteriza por ser un cambio de un estado de cosas social, político y económico, otro rasgo de las revoluciones es que el cambio es violento, lo cual no ocurre en la llamada Revolución Industrial, pero el mismo autor se desanima en cuanto a ponerse a argumentar en contra del nombre y proponer otro y dice que ya es tarde para andar con esas causas perdidas.

El caso es que el proceso estudiado por este libro empezó mucho antes de los inventos que anoté arriba, empezó en el siglo XVIII con una serie de reformas agrarias y económicas que liberaron mano de obra campesina para ser ocupadas en areas como la mineria del carbón y en las nacientes factorías en que se estaban transformando los talleres artesanales familiares de lana y su transformación en telas. La reforma agraria ocurrida en Inglaterra forzó a la construcción de caminos y canales para transportar mercancías, y en esas estaban cuando empezaron a aplicarse los descubrimientos científicos para resolver los problemas de las distintas actividades económicas.

El capítulo sobre la minería me hizo divagar en cuanto como habrán sido las condiciones de los mineros en la antigüedad. Seguramente debe haber textos que describan tales condiciones, pero yo sólo puedo remitirme, y perdón por mi cuestionable fuente, a esa película de Anthony Qeen; "Barrabás", en la que es condenado a trabajos forzados en una mina, creo que de azufre, y tiene que trabajar con los ojos vendados porque la exposición a los vapores sulfurados provoca ceguera. Otra película que recordé fue aquella de "El cartero de Neruda", en la que Neruda decribe el rostro ennegrecido y fatigado de un minero que le pidió que hablara en sus obras de como vivían los mineros de Chile.

Así las cosas, lo que el autor afirma es que si bien hubo mucho sufrimiento de los obreros durante la Revolución Industrial, lo cierto es que cada avance tecnológico aplicado en la industria implicaba una mejora en las condiciones de tabajo. Por ejemplo, hasta antes de la introducción de rieles a las minas, el transporte al exterior del carbón era labor de mujeres y niños que lo sacaban en cestas a través de los túneles, muchas veces a gatas. La ventilación de las minas se realizaba mediante fuelles accionados por niños, la iluminación de los túneles se hacía...¿con qué crees, si no se podían usar antorchas porque las minas despiden el explosivo gas grisú? Se usaba pescado podrido porque es fosforescente, como lo es también un tipo de madera vieja. La invención de una bomba hidráulica liberó a los niños del fuelle, y la invención de una lámpara segura, mejoró la visibilidad al interior de las minas.

Este libro hace además un análisis de la evolución en las relaciones económicas que transformaron las instituciones bancarias, de las corrientes filosóficas que ponderaban el individualismo y el "dejad hacer" y de las coyunturas políticas internacionales de los que Inglaterra supo sacar provecho.

Encuentro recomendable el estudio de esta etapa histórica porque es el origen del sistema socioeconómico en el que vivimos, así que si queremos entender el presente, debemos ver lo que ocurrió en el pasado.

Hace unos años leí en un artículo que el hambre en paises como los africanos no se debe al capitalismo, sino a la falta de este. Algo así concluye este libro cuando afirma:

" Existen hoy día, en las grandes llanuras de la India y de China (el libro fue publicado por primera vez en 1948), hombres y mujeres cubiertos de plagas, hambrientos, soportando una vida, en apariencia al menos, poco mejor que la de los animales domésticos que laboran con ellos durante el día y comparten, por las noches, sus lugares de descanso. Esos asiáticos niveles y esos horrores producidos por la falta de mecanización, son el sino de aquellos pueblos que aumentan su número sin pasar a través de una revolución industrial.

Si Inglaterra hubiese seguido como una nación de agricultores y artesanos, no hubiera podido evitar igual destino; en el mejor de los casos , el peso de una creciente población habría dado muerte a la originalidad de su espiritu. Inglaterra evitó es trágico destino gracias al espiritu, no de sus gobernantes, sino de aquellos que, buscando sin duda sus propios y mezquinos intereses, tuvieron el ingenio y los medios para inventar nuevos instrumentos de producción y nuevos métodos de organizar la industria."

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