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¿Qué se va a acabar primero?

sábado, 19 de enero de 2019

Tlahuelilpan. Pobreza. Ética. Moral. Veneno de las multitudes



"Nosotros tenemos la convicción de que el pueblo es bueno, que es honesto, que si ha llegado a estos extremos, a estas prácticas es porque se le abandonó por completo y esto significa que no han tenido posibilidad de satisfacer sus necesidades básicas, porque hay millones de pobres en el país, gente que no tiene ni siquiera para lo más indispensable, por eso es que ha proliferado este tipo de actitudes."

Presidente Andrés Manuel López Obrador.

En los videos que recogen escenas previas a la tragedia de Tlahuelilpan se ven personas que llegan a colectar huachicol en camionetas, que si no se calficarían como de lujo, dificlmente sus propietarios podrían ser calificados como pobres orillados por su precaria situación a robar combustible. Y a pesar de eso el Presidente tiene razón, incurren en esos actos por pobreza; pero no por pobreza económica, sino por pobreza moral y ética.

Antes de seguir con este rollo quiero establecer la diferencia entre moral y ética. En términos más que sencillos podría decir que moral es el copmportamiento que tenemos ante los demás y ética es el comportamiento que tenemos ante nosotros mismos.

Esto que acabo de anotar me hace recordar una anécdota sucedida en el sexenio de Calderón. En una visita a Nueva Orleans que el susodicho realizó, un miembro de su comitiva fue sorprendido al haber robado seis celulares de la comitiva del entonces Presidente Bush. En el lugar dondes se reunieron los Presidentes mo se podía entrar con celulares, por lo que se dejaban en una mesa a la entrada, pero ese lugar no tenía vigilante aunque sí vigilancia, es decir había cámaras. Al no sentirse vigilado, el funcionario vió la oportunidad de quedarse con esos celulares y lo hizo. Es decir su comportamiento ante sí mismo no fue ética.

La conducta ética, es decir la conducta ante nosotros mismos debe ser la primera norma que nos rija. Actuar bien porque ante nostros es bueno actuar bien; porque actuar bien nos hace sentirnos satisfechos de nosotros mismos, independientemente de la opinión que los demás tengan de nosotros.

Y ya que menciono la opinión de los demás, esta es la expresión de la siguiente norma que nos rige: es decir la conducta moral o conducta ante los demás. Esta norma varía a través del tiempo, de la historia, de las culturas y de las condiciones sociales y está establecida dentro de las costumbres, las leyes y la religión.

Para una persona ética es malo robar, la conducta moral también reprueba este acto, las leyes lo sancionan, la religión la prohibe y en una sociedad sana se le condena. El problema en México es que hay muchos grupos sociales (y así lo digo para no decir que la totalidad de la población), para los que robar no es reprobable. Así se observa en las comunidades donde los pobladores se entregan a la rapiña de los ductos de combustible perforados.

Las personas que acuden a colectar combustible de los ductos perforados lo hacen sin recato alguno porque todos sus vecinos están allí, es decir ante los demás no está haciendo nada malo, por lo tanto lo hace. Si a esto se añade la indolencia de los pasados gobernantes para sancionar esta conducta, la gente tiene la percepción de que aunque la ley lo prohiba lo puede hacer impunemente.

No podría decir que las líneas anteriores son toda la explicación al fenómeno social del huachicol, todavía quedarían muchos aspectos que analizar, uno de ellos es la irracionalidad de exponerse a tan alto riesgo, con la posibilidad de que ocurran eventos como el de Tlahuelilpan. En el ensayo de Aldous Huxley, Una nueva visita a un Mundo Feliz, el autor nos habla de un "veneno de las multitudes"; cuando mucha gente se halla reunida ocurre un proceso psicológico en el que se va reduciendo la individualidad de los allí reunidos y tal individualidad va siendo sustituída por una especie de personalidad colectiva en la que se abate la conducta ética y se va sustituyendo por impulsos primarios como la ira, el miedo, o la codicia; tal ocurre en los actos de lichamientos, los tumultos y los actos de rapiña, con un ingrediente adicional, la personalidad colectiva le da a las personas una embriagadora sensación de poder, el ente colectivo aunqe no tenga razón ni raciocinio, tiene una fuerza descomunal en comparación del individuo que muchas veces está sometido a una condición crónica de debilidad. El individuo débil que se suma a la multitud adquiere el poder que nunca tendrá en otras condiciones.

El Presidente López Obrador está combatiendo el robo de combustibles frontalmente aplicando los protocolos del cierre de ductos, atendiendo las necesidades sociales mediante programas gubernamentales, ha expresado su intención de atender la formación ética de la gente mediante una Constitución Moral y el reparto de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes; pero todo eso no dará resultado si cada uno de nosotros no atendemos nuestra propia formación ética y moral y la de nuestro hijos. Por cierto en Tlahuelilpan había niños aprendiendo de sus mayores la reprobable conducta del huachicoleo y también hubo niños fallecidos y lesionados por esta tragedia.

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