¿Te acuerdas del 1° de julio? Ese día fuiste a votar. A las seis se cerraron las casillas y empezaron a circular las encuestas de salida. Como a las siete ya las principales casas encuestadoras daban como ganador a López Obrador, pero estábamos advertidos de que hasta como a las 11 de la noche habría resultados oficiales. De pronto aparecen en la tele los rostros desencajados de Meade y su esposa y declara que los resutados no le favorecen y que reconoce la victoria de AMLO.
Durante semanas antes de las elecciones el Instituto Nacional Electoral había advertido a los candidatos de que deberían abstenerse de anticiparse a los resultados oficiales, de madrugar como suele decirse en el argot grillesco. Meade se anticipó, pero nadie le dijo nada. Con el madruguete (digamos que inverso, porque no se declaró ganador sino perdedor), obligó a Anaya, a Peña Nieto y al mismo INE a declarar ganador a AMLO.
¿Por qué actuó así Meade?
Los antipeje vieron con la declaración de Meade la confirmación de un rumor que habían estado manejando durante la campaña: que todo estaba arreglado de antemano, que Peña y AMLO ya se habían puesto de acuerdo para que este se quedara con la Presidencia a cambio de impunidad para aquel. Sin embargo los más de 30 millones de votos que recogió AMLO hacen dificil de tragar tal hipótesis.
Entonces ¿por qué actuó así Meade?
Para estas elecciones hubo muchos grupos ciudadanos de observación electoral, uno de ellos fuel el oraganizado por la Universidad Iberoamericana que hizo un llamado a la ciudadanía para que reportara a través de una fotografía de celular las mantas con los resultados de cada casilla.
Según uno de los coordinadores de este grupo de observación, el Doctor Alfredo Sandoval Villalbazo, en cuanto Meade se declaró perdedor, los observadores dejaron de reportar las mantas de resultados; es decir, la declaración de Meade ¡detuvo la observación!
Si la intención del PRI era precisamente detener la observación y crear un distractor para que medios y población se centraran en Anaya, Peña, el INE y López Obrador, cabe suponer que la caída del PRI en realidad fue más estrepitosa de lo que se ha visto y que el distractor les sirvió para recuperar lo más que pudieron mediante fraude toda vez que en esos momentos todavía había casillas contando votos y misteriosamente algunas elecciones locales dieron la voltereta favoreciendo al PRI (y en algunas al PAN, como en Puebla).
Digo, puede ser una hipótesis.
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