Los linchamientos son reprobables por un principio fundamental: nadie tiene derecho de quitarle la vida a nadie y "nadie" no solo se refiere a los individuos, también al Estado y a la muchedumbre.. Esto me parece el argumento contundente e irrebatible por excelencia, así que dicho esto debería quedar concluída toda discución y deberías quedar convencido pero de todos modos diré más:
Para impartir justicia es necesario examinar a fondo los hechos, las pruebas de culpabilidad o inocencia que presenten las partes, en su caso valorar el perjuicio hecho y establecer una condena o castigo congruente, es decir ni demasiado riguroso ni demasiado benevolente.
El linchamiento está imposibilitado para hacer todo eso, en un linchamiento todo transcurre de manera vertiginosa, el juez y verdugo que es la muchedumbre se encuentra en un estado de tal exaltación que es incapaz de examinar ni ponderar nada.
Lo lamentable no son sólo las personas a las con la vida se les arrebata la posibilidad de demostrar su inocencia y en caso de ser culpables, la posibilidad de enmendarse; lo lamentable también es que los linchadores retroceden en la evolución de la especie humana y se colocan en la etapa de la barbarie.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario