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¿Qué se va a acabar primero?

domingo, 24 de enero de 2016

San Pablo refuta a racistas

Cuando 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional hizo con su alzamiento una urgente llamada de atención acerca de las condiciones de pobreza de las comunidades indígenas, también salió a la luz el sector opuesto: los coletos.

A los descendientes de los encomenderos españoles, todos ellos blancos, conservadores, ultra católicos y paradójicamente ultra racistas (digo, católico significa universal, por lo que ser católico y racista es una contradicción), establecidos en San Cristobal Las Casas se les conoce como coletos.

En ese año escuché una entrevista a una auténtica coleta que respaldaba su racismo en la religión diciendo que Dios había hecho diferentes clases de personas por lo tanto cada clase tenía distintos derechos, hacía una comparación con los dedos de la mano; cada dedo es distinto por lo tanto indios y blancos no pueden ser tratados de la misma forma.

Recordé esto porque en la misa de hoy la Segunda Lectura fue la Primera Carta del apóstol San Pablo a los corintios, y me parece que esta lectura refuta muy bien a la auténtica coleta, especialmente en este párrafo:

"Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: "No te necesito", ni la cabeza a los pies: "Ustedes no me hacen falta". Por el contrario, los miembros que parecen más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los miembros que carecían de él, para que no haya división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él." :p

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