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¿Qué se va a acabar primero?

sábado, 18 de julio de 2015

¿es el marxismo la única posibilidad de izquierda?

Texto de Mauricio-José Schwarz
"Repesco con mínimas revisiones algo que conté sobre esos ex-izquierdistas que se pasan de pronto con todo el paquete a la derecha más rancia.
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Pero vale la pena una reflexión que quizá explique (sin justificar) algunos casos (no todos). Cuando éramos jóvenes la izquierda prácticamente sólo se podía entender desde el marxismo, que se presentaba como una filosofía científica. No era difícil (pero sí incómodo) darse cuenta de que los principios esenciales del marxismo y sus variantes teórico prácticas eran creencias, simplemente, y que no soportaban el contraste con la realidad. El mundo no era como decía Marx, aunque sin duda tuvo aportaciones en teoría económica y política. Pero no era dios, y como dios había que tragarlo. La crítica abierta sí era peligrosa en las universidades y escuelas superiores, lo sé por experiencia.
Donde muchos (muchos) procedimos a tratar de separar los grandes y esenciales principios morales, éticos y racionales de una posición de izquierda que busca la justicia social sin sacrificar la libertad individual básica, una izquierda más cerca del amor por los desposeídos y las víctimas y los marginados que del odio rencoroso al poderoso, una izquierda capaz de entender la lucha de clases como un enfrentamiento que no es forzosamente guerra a muerte, una izquierda capaz de dialogar para entender al adversario sin satanizarlo, una izquierda que sigue luchando porque el trabajador reciba una mayor parte de la riqueza que crea con su trabajo (intelectual, físico, emocional), otros decidieron que si Marx no tenía toda la razón, toda la izquierda carecía de razón, motivo y justificación.
Estas almas incapaces de manejar nada más complejo que un abrelatas se vieron ante los enormes errores de las ortodoxias de izquierda, ante el secuestro de los ideales por parte de iluminaditos y autoritarios que fingieron hacer países de izquierda cuando lo que parieron es casi todo lo contrario a los ideales de una izquierda libertaria y racional (URSS, China, la Kampuchea de Pol Pol, la Cuba de la fantasía castrista, el gulag, la piramidología y el lysenkoísmo). Se vieron ante el triste, noble pero inútil infantilismo armado que se volvió piedra de sacrificios de lo mejor de generaciones enteras en América Latina ante la idea de que "la revolución" era más importante que los hombres y mujeres para los que supuestamente se hacía (no solían preguntarles, a todo esto, si querían la revolución), en mesianismos suicidas. Se vieron ante la exigencia de no criticar los crímenes del autoritarismo "para no darle armas al enemigo" (cuando para ser moralmente superiores al enemigo y no darle armas precisamente urgía ser los primeros en levantar la voz contra los gulags, la revolución cultural, los campos de la muerte, el hotel Hanoi y tantas expresiones de inmoralidad y deshumanización facturadas a los ideales de izquierda de modo injustificable). Y ante este panorama desafiante y complejo, que exige profundas reflexiones y análisis de ética, moral y práctica política a nivel de relojería decimonónica, matizar, ¡dudar!, quienes sólo estaban allí buscando una receta fácil con el menú marxista de la semana decidieron tirar a la basura el paquete completo e irse a la iglesia de junto donde las cosas no parecían complicadas y les daban más respuestas fáciles y menos exigencias de desgaste de neurotransmisores: privatización, antiestatismo, libertad (para el que puede pagársela), satanización de la izquierda a granel, exaltación del individualismo contra la sociedad... Y con mejores sueldos que los izquierdosos, históricamente reducidos casi siempre a locales malolientes, sillas que chirrían, goteras, pantalones con los dobladillos luídos y menos glamour que un striptease de Angela Merkel.
La impresión que me queda es que los que se movieron de la ultraizquierda a la ultraderecha no tienen ideas como tales - ideas en términos de justicia social, organización política, visión racional de la realidad - sino que buscan una satisfacción personal en la fantasía de tener la verdad atada de los huevitos con un hilito y poder despreocuparse de pensar. En ese sentido, es bueno que esas ratas huyan del barco junto con Castro, Chávez, Mao, Pol Pot, los restos del estalinismo zombie que sigue apareciéndose por allí, tratando de comer cerebros frescos, y por supuesto toda la izquierda fengshui que además añade las respuestas fáciles e idiotas del misticismo antiintelectual con áloe vera mientras cantan lo más barato de Silvio Rodríguez."

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