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¿Qué se va a acabar primero?

jueves, 31 de julio de 2014

La envidia

La envidia es la rebelión interna que surge ante las posesiones materiales o intangibles que posee otra persona y que el envidioso considera injusto que la otra persona las tenga y él no.
En un mundo en el que se le da más relevancia a parecer y tener que a ser, la envidia es un infierno para el envidioso pero el paraíso para el envidiado. Se envidia aquello que la gente está en posibilidad de poseer, por ejemplo la mayoría de la población difícilmente envidiará a Carlos Slim, pero probablemente Emilio Azcárraga sí lo haga.
Cuando la envidia se mantiene dentro de los límites de la persona envidiosa solamente afecta a ésta porque experimenta un malestar que solamente él puede sentir, pero eventualmente el envidoso tomará la decisión de resolver lo que él considera una injusticia: si el camino que toma es el de trabajar para tener por su cuenta el equivalente a lo que su envidiado posee la envidia se convierte en un acicate para el esfuerzo y puede considerarse positivo, tal vez sea esa la "envidia de la buena" que algunos reconocen tener.
Pero generalmente el envidioso toma el camino de intentar que su envidado ya no posea lo que el envidioso envidia o de plano destruir al envidiado, y esto sí es peligroso.
En el ámbito laboral esto suele traducirse en una especie de acoso horizontal, es decir no de un superior a un subordinado sino entre compañeros de cargo similar. Decía yo que hay quien envidia atributos intangibles y tan relativos como la belleza física, he sabido de chicas muy guapas que son boicoteadas por sus compañeras menos agraciadas: pura envidia.
En el ámbito social la envidia genera resentimiento social, posiblemente conductas vandálicas como el grafitti, destruir teléfonos públicos o rayar la pintura de los carros tienen su origen en la envidia.
Napoleón Bonaparte dijo que "la envidia es una declaración de inferioridad"; en realidad el envidioso admira al envidiado pero es tan soberbio que en vez de reconocerlo prefiere sufrir su envidia.
Según Fernando Savater la envidia genera el valor democrático de la igualdad:"¿Por qué estás tú allí y no yo? ¿qué tienes tú que yo no tenga?" Desde este punto de vista la envidia sirve para vigilar el correcto funcionamiento del sistema.

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