Ciudadanos ¿imaginarios? César Cansino

El ensayo de César Cansino. "Ciudadanos ¿imaginarios?" Me motivó varias reflexiones. Para empezar, en este ensayo se hace una revisión de lo que los teóricos de las ciencias sociales han llamado "sociedad civil". Me parece que el concepto se empezó a oír en México a raíz de el terremoto de 1985.

La acción de la gente había logrado salvar muchas vidas, por lo que se podría inferir que eso de la sociedad civil se trata de personas comunes, hijos de vecino que se organizan para dar solución a problemas que se presentan en su comunidad, al menos sería una de las funciones de la Sociedad civil.

En 1985 el Gobierno de Miguel de la Madrid se quedó pasmado ante el desastre de los sismos de septiembre, pero la gente reaccionó inmediatamente y sustituyó al gobierno en las tareas de rescate de los damnificados. Lo mismo ocurrió en Michoacán, abandonada a su suerte durante años la gente decidió organizarse para su autodefensa y sustituyó al Gobierno en las tareas de seguridad que justifican la existencia de un Gobierno.

Pero estos ejemplos son solamente experiencias coyunturales, es decir, solamente atienden una emergencia y lo que es necesario para el desarrollo de la democracia es que la población tenga el hábito de organizarse y participar. Esto no es lo habitual en México, de hecho en este ensayo se analiza en buena medida un estudio sobre los hábitos de organización y participación de los mexicanos y el resultado es desolador, en realidad lo que cunde en el país es la apatía.

En este ensayo Cansino vuelve a incurrir en el mismo error de otorgarle a las élites políticas la tarea de adecuar las leyes para el impulso de la Sociedad Civil. A ver, si estamos diciendo que la sociedad civil es capaz de actuar con tal eficacia que puede sustituir al Gobierno, es decir a las élites políticas ¿podemos esperar que esas élites adecuen las leyes para impulsar a quien cuestiona su utilidad y existencia y por lo tanto los va a sustituir? Nada de eso, al contrario, lo que hay que esperar es que las élites políticas obstruyan el desarrollo de la Sociedad civil, y ya en la legislación se han colocado esos obstáculos de una manera muy perversa como lo es el hecho de otorgarle subsidios a las organizaciones civiles; ese es el comienzo de su destrucción, cuando sus integrantes empiecen a pelearse entre sí por la lana.