"Nosotros somos culpables" La tragedia de la guardería ABC de Diego Enrique Osorno

"Nosotros somos culpables" La tragedia de la guardería ABC de Diego Enrique Osorno, es el tercer libro de la colección que la revista Proceso tiene a la venta en los puestos de periódicos en estos días.

El título del libro hace referencia al discurso del padre de uno de los niños fallecidos en el terrible día del 5 de junio de 2009 en la guardería ABC:"...yo tengo la culpa por confiar, yo tengo la culpa por pagar mis impuestos, yo tengo la culpa por ir a votar. ¡Yo soy el responsable de la muerte de mi hijo!" Con estas palabras Roberto Zavala padre de Santiago de Jesús nos muestra a todos nuestra responsabilidad por la tragedia de la guardería ABC y por todas las tragedias que acontecen en nuestro país: al voltear la mirada a otro lado, al no ocuparnos más que de nuestros asuntos, al no sumarnos a los inconformes, somos responsables de las tragedias.

Éste no puede ser un libro más que desgarrador, no es posible para la letra impresa atemperar el abismal dolor que produce la muerte de un hijo de la manera más horrenda, no es posible aminorar la indignación de saber que la muerte de un hijo fue producida por una cadena de corrupción que inicia con el fanatismo ideológico de los adoradores del mercado.

En las primeras páginas el autor colocó las fotos de los niños fallecidos: quien tenga hijos sabrá que los propios son los niños más hermosos, simpáticos e inteligentes que hayan nacido en cualquier lugar y tiempo, es por eso que observar esas fotos de niños en su cumpleaños, con sus disfraces de Halloween, o haciendo gracias nos pone de golpe ante la imposibilidad de no sentir empatía por esos padres y madres, en no ponerse en sus zapatos.

El capítulo siguiente es aun más desgarrador, son los testimonios de padres, maestras, cuidadoras y vecinos de la guardería ABC, escojo uno al azar:
"Empecé a gritar mucho a los niños para que se despertaran y se levantaran. Los movía pero batallaba para que despertaran. Lo hice en varias ocasiones pero no me dió resultado. Para esto, en cuestión de segundos, la sala se llenó de humo negro y lo que hice fue agarrar como a tres niños, una de ellos Nicole, y a otros que no recuerdo sus nombres. Adriana agarró a otros niños y ambas salimos hacia el pasillo, dejando en el interior a muchos que no recuerdo quienes eran, porque no logramos despertarlos. Se quedaron dormidos. cuando íbamos en el pasillo comenzaron a caer pedazos de lona hirviendo. A los niños que llevaba no les pasó nada, mientras que a mí me cayó un pedazo de lona en el brazo."
Aracely Moroyoqui Contreras, asistente educativa de la Guardería ABC.

En los siguientes capítulos la indiganción crece y crece, el autor rastrea las decisiones de gobierno y quien las tomó para que existiera el formidable e inhumano negocio de la guardería ABC y el resto de las guarderías subrogadas del país, el rastreo incluye cuantas veces y que organismos municipales hicieron notar a los dueños de la guardería el alto riesgo en el que estaban los niños con lo que bastaría para encarcelarlos, si no contaran con la protección del entonces gobernador Bours de quien eran parientes y de la esposa de Calderón de la que también son parientes.

En las páginas de este libro podemos seguir la transformación que sufrieron ciudadanos sonorenses de esos que ven con recelo las manifestaciones y que dicen "mejor pónganse a trabajar" pero que ante las complicidades de los funcionarios ellos mismos tuvieron que manifestarse en las calles para exigir justicia, exigencia que hasta el día de hoy no ha sido satisfecha.

Este es un libro que todos debemos leer para combatir la amnesia colectiva que tanto beneficia a las élites gobernantes.