Para que Claudia Sheimbaum entreue la Presidencia faltan

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miércoles, 30 de mayo de 2012

Participación política más allá de las urnas

Si México habrá de tener viabilidad como país, lo será solamente por medio de la participación política de sus habitantes.
Participar políticamente es algo que va más allá de ir a votar. Implica interesarse por lo que sucede en nuestro entorno y vincularnos con los demás.
Un gran ejemplo es lo que está aconteciendo hoy en Ciudad Universitaria. Un pequeño ejemplo de lo que estoy diciendo lo tomo del libro de María Victoria Llamas, El hogar en tiempos de crisis
Había una vez...una cadena de supermercados (lugar: Guadalajara, Jalisco; Fecha: 1974) que en vez de dar centavos como cambio entregaban chicles diminutos.
Había una vez una mujer que no deseaba que sus hijos adquirieran el hábito de mascar chicles, y decidió guardar todos los paquetitos que recibía forzosamente de la cajera del supermercado. Lllegó el momento en que las cajas llenas de chicles parecían invadir el espacio de la habitación de los "triques", espacio que no falta en las casas mexicanas.
Otras vecinas también habían llenado latas, jarras y costales con dichos chicles cuando, accidentalmente en una reunión, compartieron su secreto. Se tomó la decision: en la camioneta de una de ellas llevarían los chicles para hacer las compras semanales.
Al llegar a la caja del supermercado, seis mujeres de clase media, le dijeron a la empleada en turno: "en seguida volvemos". Cargaron los chicles en los diversos sacos, canastos y bolsas, y vaciaron el contenido en el mostrador de la caja, y con toda parsimonia empezaron a reunir montoncitos de cien chicles de a centavo. Transcurrían los minutos y la cajera no creía lo que sus ojos estaban viendo. Cuando entendió lo que ocurría, llamó al supervisor y éste acudió diligente a presenciar esa "extravagancia", según dijo, aunque, seguramente lo que pensó: "viejas locas que no tienen nada que hacer" . Empezaron a juntarse los mirones. El gerente bajó para averiguar el motivo de la aglomeración. Las mujeres seguían contando. El encargado de seguridad se comunicó con sus supervisores -como hablan un idioma diferente, siempre se refieren a "elementos", "dispositivos" y "superiores", como si no se tratara de personas-. A los veinte minutos, acomodadas ya cientos de montañitas de chicles, llegó presuroso y jadeante el director de la cadena regional de supermercados. Las mujeres lo enfrentaron con la calma que les daba el saber que tenían la razón: "señor, como dinero los recibimos y como dinero tienen que aceptarlos". "Esto es irregular", protestó el ejecutivo, pero cedió: no le quedaba otro remedio. Final feliz: ¡Adivino usted! En esa cadena regional de tiendas se optó por no volver a dar pequeños chicles en vez de moneda fraccionaria... Colorín colorado : "viejas locas" murmuraron cuando muy orondas, sonriendo discretamente, nos abrimos paso entre la gente y salimos con nuestras bolsas de "mandado", sintiéndonos orgullosas de nuestra pequeña victoria.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien recibe chicles como dinero??? Creo que ese es el problema desde un principio, dejar que otros abusen y querer despues cobrarse a lo chino.

Dudo que sea verdad dicha historia ya que los chicles eran entregados EN LUGAR de dinero, sin embargo no me sorprende que los chicles se hayan vuelto dinero electronico, ja!

Indio Cacama dijo...

la anécdota data de los años 70

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