Para que Claudia Sheimbaum entreue la Presidencia faltan

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domingo, 22 de abril de 2012

Ética sin Dios

No sé por qué me planteo asuntos que están más allá de mi capacidad pero en fin. Supongamos que no existe Dios, por lo tanto no existe el Cielo ni el Infierno y por lo tanto carece de sentido alguno el Pecado; ¿sería esta hipotética situación motivo para que cada quien hiciera lo que le viniera en gana? Muchos creyentes (por ejemplo Felipe Calderón), opinan que las personas que transgreden las reglas de convivencia humana lo hacen porque no creen en Dios; tal aseveración no solamente carece de fundamento sino que no resiste el más superficial de los exámenes. Pongamos por ejemplo al mismo Calderón: si Dios estuviera al pendiente de las acciones de quien actualmente ocupa los Pinos ya tendría una larga lista de pecados que incluiría el de mentir a lo largo de la campaña electoral de 2006 justificándose ante sí mismo con su filosofía de ganar "aiga sido como aiga sido"; el de mentir acerca de la muerte de una anciana indígena violada; el de mentir acerca de la supuesta calidad delincuencial de unos jóvenes masacrados en Villa de Salvarcar, el de enviar al desempleo a más de 40 mil trabajadores de Luz y Fuerza o el de enviar a la muerte a jóvenes del Ejército, la Marina y las policías en su guerrita. Si creer en Dios fuera la condición necesaria para que las personas nos portemos bien Calderón no se comportaría como se comporta. La actitud de incurrir en mal comportamiento cuando se sabe fuera de la vigilancia de la autoridad es infantilismo puro y por eso, por infantilismo, algunos creyentes suponen que quien no cree en Dios se considera fuera de su vigilancia y por lo tanto se permite toda clase de vicios y crímenes. Nada más falso. Hay en el fondo de tal suposición una profunda desconfianza por el ser humano. Cierto es que dentro de la naturaleza humana habita una gran dosis de violencia, egocentrismo y crueldad, pero desde sus inicios la Humanidad ha observado lo conveniente que es mantener a raya a esa bestia que vive dentro de cada ser humano, para lo cual ha ideado muchos frenos entre los cuales por supuesto está la religión, que por sí sola no es suficiente como ya se demostró con el ejemplo de Calderón, por lo que es necesario hacer uso de la la Política, la Ley y la Educación. Dentro de una ética sin Dios llega siempre el momento de concluir que no es necesaria la promesa del Cielo para ser bueno porque eso hace al "bueno" un interesado por lo que ya es menos bueno; ni es necesaria la amenaza del Infierno porque eso hace al "bueno" un cobarde, por lo que se hace menos bueno. Para una ética sin Dios se concluye que se debe ser bueno porque es bueno ser bueno.

2 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

El sábado pasado Jesusa Rodríguez estuvo en mi ciudad. En un diálogo que tuvimos con ella un jovencito de unos 20 años levantó la mano para opinar que qué valores aportaba la educación laica, que qué daño hacía la educación religiosa, que si los millones que se invierten en promover la homosexualidad y el aborto, y un buen de más estupideces... Les compartí a mis hijos lo que se había planteado en el diálogo, incluso lo que había dicho el chavo éste.
Mi hijo mayor, de trece años, respondió con un "la ética es una cuestión de lógica" tajante.
No podría ser más simple.

Indio Cacama dijo...

"la ética es una cuestión de lógica" ¡qué bonito! no me voy a quitar esa idea de la cabeza durante dias, a ver si escribo algo sobre eso.

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