Yo estaba a punto de cumplir cinco años cuando el gobierno de Díaz Ordáz masacró a los estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas. Por su edad, los, chavos que participaronen el Movimiento Estudiantil de 1968 bien pudieron ser un hermano mayor, un primo o un tío; pero la verdad es que ningún pariente mío participó en el M-68 ni estuvo en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre.
Los que sí estuvieron fueron muchos que fueron mis maestros a lo largo de mi vida escolar. Recuerdo a los profes de la Voca 5 Ciudadela (que por cierto allí se gestó el movimiento) Xóchitl y Bertín; a los de la Prepa 9 Genaro Casco Ceballos y el de Geografía que ya no me acuerdo cómo se llamaba. En la FESC el maestro Dionisio Garza estuvo entre los encarcelados por el movimiento y tuvo que terminar su carrera de Antropología desde la cárcel; también el profe de Derecho participó. De todos ellos obtuve valiosas enseñanzas más allá de la materia que impartían; creo que desde las aulas continuaron con el Movimiento a su manera.
Todos ellos me incularon el principio ético y existencial de que los problemas de la gente son asunto de mi total incumbencia; no es fácil actuar bajo este principio, digo a los compas del 68 les fué como ya sabemos; pero aunque en estos tiempos de feroz individualismo no es tan inminente una represión como la diazordacista, la represión es más sutil. Por ejemplo, una vez alguien me preguntó sobre el por qué había escogido mi carrera, yo dije:"para ayudar a la gente"; y esta persona me dijo:"Te oyes tan pendejo diciendo eso..." ese día nos decepcionamos uno del otro mutuamente.
Dejo como un homenaje a mis profes sesentaocheros y a los caídos el 2 de octubre la canción que, si hice bien las cosas, empezó a sonar cuando abriste este blog.
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