Casos como el de Mariel Solis y como el de Miss Ana, no solamente ponen en evidencia la ineficiencia de las procuradurías, ambién son evidencia de la falacia en la que esá basado el sistema de justicia en México, tal falacia es la orden de aprehensión.
Para que alguien sea objeto de una orden de aprehensión no necesita cometer ningún delito, basta con que un juez la dicte. Para que un juez "obsequie" una orden de aprehensión no es necesario que tenga evidencias de que el sujeto a aprehender haya cometido un delito, basta con que el Ministerio Público se la solicite.
He escrito "obsequie", en vez de "dicte", porque en la jerga judicial es el término que se utiliza, como también es común escuchar en ese medio la frase: "A nadie se le niega una orden de aprehensión". Y es que efectivamente, como hemos sido testigos en los casos arriba citados o como en el caso que recoge la cinta "Presunto culpable", las ineficaces procuradurías tienen que tener a su "sospechoso" preso para poder investigar porque el único método de investigación que conocen es el interrogatorio bajo presión.
Es por eso que debe ser un punto más en la agenda de los movimientos por los Derechos Humanos que se formulen restricciónes legales a la orden de aprehensión. El argumento para obsequiar de manera tan discrecional la orden de aprehensión es evitar que el sospechoso no se evada; en un proyecto de ley que se presentará a un gobierno y un legislativo distintos a los actuales, este argumento deberá de ser la condición para aplicar la orden de aprehensión, es decir, si a un sospechoso se le da a conocer que lo es y que está siendo investigado y si no se tienen evidencias contundentes para aprehenderlo se le advierte que de cambiar su domicilio o mudarse a otra localidad estará admitiendo su culpabilidad y será aprehendido al localizarlo. De esta manera la justicia se impartirá de manera más eficiente y disminuirá el indice de gente inocente procesada.
2 comentarios:
Definitivamente estoy a favor de la restricciones en las órdenes de aprehensión en México; casos como los que mencionas no deberían hacer dudar de ello a ninguna persona
racional.
Pero me queda la sensación de que la propuesta que compartes es un poco "naïve", en el sentido de que es difícil esperar que la gente, incluso mucha de la que no es culpable, espere a que el caso se cierre a su favor para saber si huir o no.
Aunque supongo que éste sería un precio a pagar para evitar casos como los que mencionas; dado que no se ve otra solución que esté a la mitad de los dos extremos...
si no eres culpable ¿para qé huir? si estás enfrentando el caso en libertad.
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