El llamado voluntarismo se basa en un ingenuo reduccionismo: si el problema es la inseguridad entonces hay que lanzar a la policia contra la delincuencia, si la policia es corrupta entonces hay que lanzar al ejército. Si la realidad funcionara así de lineal y reduccionista, a estas alturas, a casi cinco años de iniciado el sexenio, los resultados en materia de inseguridad serían encomiables, especialmente en aquellas localidades como Ciudad Juárez donde más elemntos se han destacado y donde más operativos se han realizado, pero la realidad es terca y es así que tenemos resultados como estos:
Homicidios dolosos: el último año antes del operativo, el 2007, hubo alrededor de 469 homicidios en todo el estado, una tasa de 14.4 por cada 100 mil habitantes. En 2010, el número de asesinatos de disparó a 5,212, que eleva la tasa a 148.91 por cada cien mil habitantes, es decir, a partir de los operativos la tasa de homicidios dolosos se multiplicó por diez. Durante los tres años de los operativos el número de asesinados en todo Chihuahua ha sido de once mil. (Datos de la Fiscalía General de Chihuahua y del INEGI).
Total de delitos: En 2007, el total de delitos de todas clases cometidos en el estado de Chihuahua, fue de 34 mil 800: para 2010, la cifra se elevó a 66,125, un 90% más que antes del operativo (cifras de la Fiscalía General del Estado).
Robo de Vehículos: El año antes del operativo, el 2007 se reportaron 9.mil 490 robos de autos en el estado: tres años después, en 2010, 30 mil 757, un incremento del 224% coincidente con los operativos. Cada vez el mayor la proporción de “carjackings”, robos de vehículos a mano armada. (Datos de la Fiscalía General del Estado).
Secuestros: la cifra de abducciones denunciadas ha evolucionado así: en 2007, se denunciaron 21; en 2008, 42; para 2009 la cifra se disparó a 190 y luego disminuyó en 2010 a 132, más de un 500% con relación a los que había antes del operativo.
Desapariciones de personas: Se cuentan alrededor de 200 desapariciones forzadas, es decir aquellas en las que se presume intervinieron elementos del Ejército de las policías, desde marzo de 2008. Y en lo que se refiere a desapariciones de mujeres, según las organizaciones como Justicia para Nuestras Hijas, su número se eleva a 132.
Además hay que contar los desplazados por esta guerra: tan sólo de Ciudad Juárez han salido 230 mil personas, uno de cada cinco juarenses desde que comenzó la pesadilla de los operativos.
Fuente:Diputado Víctor Quintana
¿Es la hora de que Calderón ordene regresar al ejército a los cuarteles?
Si es cierto que los asesinos del hijo del poeta, Juan Francisco Sicilia Ortega y seis personas más en Cuernavaca, Morelos, son militares, ex militares y soldados en activo estamos en la situación de preguntarnos cuánta gente está matando el Ejército, sostuvo Héctor Aguilar Camín.
Asimismo, destacó, el procurador general de Justicia del estado, Pedro Luis Benítez Vélez, dijo que efectivos castrenses buscan a los homicidas por todo el país, pero señaló que si los militares los encontraban antes que las autoridades civiles no los entregarían.
"Por qué el Ejército no habría de entregar a estos homicidas, salvo porque sean sus cómplices (...) lo que está diciendo el procurador es que hay sueltos, organizados por el Ejército, por lo menos un escuadrón de la muerte", precisó el periodista.
En su colaboración con Denise Maerker, mencionó que el saldo de homicidio registrado con todo rigor estadístico en el 2008 y 2009 "no tiene explicación alguna en la lógica anterior de que eran los narcotraficantes matándose entre sí, hay otras máquinas de matar que se han soltado y si esto que estamos viendo ahora es el algo que se repite rutinariamente y de lo que no tenemos noticias, entre otras cosas porque no hay un muerto célebre, estamos en un problema muy serio y hay que parar al Ejército".
Radio Fórmula por cierto este párrafo sólo es un resumen del audio que pueden escuchar en este enlace)
6 comentarios:
Claro que sí, hay que dejar bien, muy bien parado al ejército.
O podríamos darles unas vacaciones para darle tiempo al narco a recuperarse, porque al final todos somos Mexicas ¿o no?
O que mientras vengan los gringos pa que veamos lo que es amar a Dios en tierra de apaches
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Hasta donde yo entiendo, el ejército tiene como labor sustantiva la salvaguarda de la soberanía nacional y éste está llamado a actuar solamente en caso de guerra, de desastres o, en general, cuando la vida de los miembros de la nación se halle vulnerada.
Para el combate al crimen, por otro lado, se han creado otras entidades que comúnmente quedan aglutinadas en los llamados cuerpos policíacos.
Así que, de entrada, preguntarse cuánta gente está matando el ejército es admitir -aun no de manera expresa- su estancia en las calles. Sin embargo, comprendo que es una pregunta práctica y, desde ese punto de vista, valiosa. Sin embargo, yo la reelaboraría (ya otros, antes, lo han hecho).
La pregunta fundamental es ¿por qué el ejército mexicano tiene que resolver tareas que no le competen? Habiéndosele lanzado a la calle a realizar labores que están fuera de su arbitrio, ¿pueden evitarse tales crímenes?
Sin pretender justificar tales crímenes voy a suponer lo siguiente: que el entrenamiento de estos hombres rebasa, con mucho, el trato cotidiano hacia la población civil. Ellos tienen que combatir al narco en las calles, con civiles de por medio. Y esto no puede ser porque el nivel de agresividad, de adrenalina al que comúnmente están expuestos es altísimo; se les lleva a EUA y a Colombia a ser entrenados y dudo que entre su entrenamiento figure convivir pacíficamente con civiles. No es admisible que estos hombres anden en las calles. NO. Lo mismo que no es admisible que el narco ande en las calles.
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Y otra cosa, hay quienes sostienen –Carlos Fazio- que las filas del narco mexicano y las propias filas del ejército están infiltradas por mercenarios entrenados por la CÍA, por ejemplo. Y en esto –dice- Colombia fue fundamental. Colombia fue el laboratorio de todo esto; después, el modelo ha sido replicado en Irak, en Pakistán, Afganistán y –ahora- México.
Para mí es muy claro que EUA está detrás de toda esta violencia; allí está la Web, los informes, los reportajes, periodistas que se dedican a documentar esta realidad llamada “ocupación de EUA sobre México so pretexto del combate al narco”.
Ellos de entrada saben -lo sabe Calderón el servil, lo sabe EUA- que no es a través de políticas prohibicionistas con lo que se abatirá el consumo de estupefacientes –y esto lo dice Eduardo Correa en el último vídeo que subí al blog.
¿Qué sí ocurre con estas políticas prohibicionistas que incluyen echar al ejército a las calles?
Ocurre:
1. Se activa la economía de armas por la venta a los cárteles.
2. Se activan los influjos de capital por el lavado de dinero del narco que “La City de Londres” o bancos pertenecientes a “West Fargo” realizan.
3. Se mantiene a las juventudes dopadas, sedadas con el consumo de estupefacientes.
4. Se distrae al ejército –John Saxe dixit- de labores prioritarias como el cuidado de nuestros ductos y/o pozos petroleros.
5. Se justifica el clima de excepción y de terror que atemoriza a las gentes y las mantiene a raya.
6. Nuestro espacio aéreo es sobrevolado por drones (aviones no tripulados) que, son por cierto, los mismos que usan para matar a civiles en Irak, Afganistán, Pakistán. Y esto es desde 2009, pero no dudaría que lo viniesen haciendo desde algún tiempo atrás.
Claro, después llegan y arguyen barrabasadas del tipo: “es que como son piloteados vía control remoto, pues, nos equivocamos”.
Y quién sabe si algún día uno de estos drones –por error, faltaba más- dispare contra población civil mexicana.
7. Se tipifica de “necesaria” la violación a nuestra soberanía en favor del combate al narco.
8. En fin, México se convierte en periferia controlada, en protectorado de EUA a instancias de los acuerdos de la ASPAN y así, EUA se asegura del abastecimiento de ricos y preciados recursos naturales renovables y no: acuíferos, minerales, petrolíferos, recursos humanos (mano de obra) a precios risibles.
Y estos ocho puntos, señores -que son los mínimos- no podrían ser tan eficazmente ejecutados a no ser por los nobles servicios que la tecnocracia neoliberal mexicana –itamita o no- ofrece a Washington.
A eso va esa gente estúpida -como la canciller Patricia Espinoza- a esas escuelas, a que les llenen la cabeza de mierda y bazofia liberal: índices macroeconómicos, modelos econométricos disfuncionales o afuncionales, “teorías” pajientas con que llenan los reportes de sus organismos internacionales y todo ese mundo artificioso que funciona por una sencilla razón: las masas trabajando para el gran capital, para que el gran capital siga creciendo.
No deberíamos de quejarnos tanto, somos nosotros quienes mantenemos el modelo. Lo mantenemos, por ejemplo, comprando en abonos pantallas de plasma en Elektra a precios exponenciados, admitiendo salarios miserables por jornadas inhumanas, comprando productos chinos en lugar de producción nacional. Y voy a ser justa, ni yo, ni mucha gente –incluso conozco a ese gente- procedemos así, pero la verdad es que hay mucha gente que sí vive en esa forma.
En fin, que todo esto puede resolverse de forma muy sencilla, saliéndonos del modelo, dimitiendo a él.
Se trata de una mera elección. Aunque –supongo- los muy libres miembros de nuestra sociedad –tan libres como nunca el hombre lo había sido- han decidido, han elegido con toda libertad este modelo. Sí, seguro.
Saludos.
Si lo dicho por Eleutheria y los datos del incremento en las calles de Ciudad Juárez ocupadas por el eército no te dicen nada Manuel ¿qué te lo dirá?
Un negocio que mueve 30,000 millones de dólares anuales (solo en México) tiene que tener un brazo armado muy destructivo que soborna a muchísimas conciencias y compra muchas voces.
10,000 millones de dólares cuesta ahora su combate ¡Hasta donde!
O lo legalizamos o lo desaparecemos
Lo curioso es que quien coloca las armas en ese brazo y hace legales sus formidables ganancias es el mismo que nos presiona para hacerle la guerra, es decir el gobierno de Estados Unidos
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