Para quienes vivimos el sismo de 1985, un terremoto de magnitud 9 como el que ocurrió en este año en Japón se nos hace una monstruosidad inimaginable. Y nos causa gran admiración que en Japón no se haya colapsado un solo piso de todas las construcciones donde se registró el terremoto.
Después de 1985 en México se modificaron los reglamentos de construcción, se puso en marcha un sistema de alerta sísmica y se hacen simulacros cada año, lo curioso es que todo eso no basta para que la percepción generalizada sea diferente a la que marcan los resultados de la encuesta.
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